Conforme se acerca el viernes, fecha en que el sicario colombiano Hugo Trujillo Ospina será interrogado por el poder judicial en torno al asesinato de la empresaria judía Myriam Fefer, aparecen nuevas especulaciones sobre la autoría del crimen.
Según el programa Día D, tres días antes perpetrar el asesinato, el colombiano se reunió con cuatro de los cinco posibles autores intelectuales revisar detalles, en una discoteca del parque Kennedy de Miraflores.
El programa adelanta se descartarán vínculos de la Fefer con el narcotráfico.
Pero para la División de Homicidios de la PNP, que investigóy preparó su expediente para la fiscalía, solo Eva Bracamonte Fefer, hija, hija de la víctima, es la única autora intelectual, que actuó por lucro, pues su madre le exigía que comparta la herencia de su abuelo con su hermano, lo cual Eva no aceptaba. No había otros interesados en la muerte de la Fefer, por lo que las informaciones echadas a rodar por el sicario estarían orientadas negociar su declaración con las autoras.
En estos hechos Liliana Castro Mannarelli figura como cómplice. Pero no se podría descartar que Castro Mannarelli haya tenido colaboradores en la planificación del asesinato, pues su tío estuvo vinculado al caso del homicidio de “Calígula”, un marginal que pereció hace años en extrañas circunstancias, y habría alguna conexión entre ellos y el sicario.
Siendo que las pruebas apuntan a Eva Bracamonte y Liliana Castro, si el sicario pretende exculparlas acusando a otros, tendrá que presentar las pruebas que sustenten su cuestionable palabra.