Injusta persecución contra religioso ambientalista Paul Mc Auley
El gobierno aprista decidió expulsar al religioso ambientalista británico Paul Mc Auley acusándolo de haber estado “participando en diferentes actividades de carácter político, como marchas de protesta y demás actos que constituyen una alteración del orden público".
El ministerio del Interior le entregó una resolución por la cual se cancela su residencia en el Perú por haber incurrido en una infracción tipificada en el artículo 63 de la Ley de Extranjería, por lo cual se le cancela la residencia y le dan siete días calendario para abandonar territorio peruano, sin posibilidad de retorno.
El religioso estuvo ayudando a los nativos amazónicos que demandan se respete las leyes que disponen la consulta de los nativos, quienes no aceptan la incursión en sus territorios de empresas explotadoras de petróleo, gas y minería, que se han ganado el rechazo por contaminar el ambiente de una manera en que no lo hacen en sus países de origen.
McAuley es tenido en mucha estima por los indígenas y respeta mucho su espiritualidad basada en la energía. Los nativos le han ofrecido refugiarlo en su territorio y hasta que se case para obtener la nacionalidad, lo cual McAuley agradeció y dijo que recurrirá a medios legales y se irá si no le permiten quedarse, pero que revisará la posibilidad de apelar la resolución.
Con 62 años de edad, McAuley, nacido en Portsmouth, es miembro laico de la orden de enseñanza de La Salle y su actividad de defensa del ambiente se circunscribe dentro de las precisiones realizadas por Benedicto XVI, que incluso tipifica como pecado mortal destruir la selva.
Pero el gobierno aprista está mostrando una voracidad desenfrenada con la selva vendiendo y concesionando ilegalmente territorios, decisiones que más adelante deberían revocarse.
En su sospechosa actitud, el presidente Alan García no quiere oposición y su gobierno es responsable de decenas de muertes en Bagua, donde su gobierno ordenó reprimir a los indígenas que respondieron a la provocación de tildarlos de “perros del hortelano” y dictar decretos leyes sin consultarles, como dispone nuestro ordenamiento legal.
En su país le otorgaron la medalla MBE (Member of the British Empire) por abrir una escuela en Lima. McAuley dijo que si no fuera porque ya la devolvió a la reina, ahora la devolvería en protesta por la participación de compañías británicas en la destrucción amazónica.
El grupo Amazon Watch dijo que desde hace años el gobierno peruano investiga a McAuley, quien nunca se dejó intimidar.
Una vez más García muestra su escopeta de dos cañones: por un lado finge religiosidad al solicitar se considere patrón del Perú al Señor de los Milagros y por otro lado persigue a un religioso por defender sus principios católicos.
El religioso estuvo ayudando a los nativos amazónicos que demandan se respete las leyes que disponen la consulta de los nativos, quienes no aceptan la incursión en sus territorios de empresas explotadoras de petróleo, gas y minería, que se han ganado el rechazo por contaminar el ambiente de una manera en que no lo hacen en sus países de origen.
McAuley es tenido en mucha estima por los indígenas y respeta mucho su espiritualidad basada en la energía. Los nativos le han ofrecido refugiarlo en su territorio y hasta que se case para obtener la nacionalidad, lo cual McAuley agradeció y dijo que recurrirá a medios legales y se irá si no le permiten quedarse, pero que revisará la posibilidad de apelar la resolución.
Con 62 años de edad, McAuley, nacido en Portsmouth, es miembro laico de la orden de enseñanza de La Salle y su actividad de defensa del ambiente se circunscribe dentro de las precisiones realizadas por Benedicto XVI, que incluso tipifica como pecado mortal destruir la selva.
Pero el gobierno aprista está mostrando una voracidad desenfrenada con la selva vendiendo y concesionando ilegalmente territorios, decisiones que más adelante deberían revocarse.
En su sospechosa actitud, el presidente Alan García no quiere oposición y su gobierno es responsable de decenas de muertes en Bagua, donde su gobierno ordenó reprimir a los indígenas que respondieron a la provocación de tildarlos de “perros del hortelano” y dictar decretos leyes sin consultarles, como dispone nuestro ordenamiento legal.
En su país le otorgaron la medalla MBE (Member of the British Empire) por abrir una escuela en Lima. McAuley dijo que si no fuera porque ya la devolvió a la reina, ahora la devolvería en protesta por la participación de compañías británicas en la destrucción amazónica.
El grupo Amazon Watch dijo que desde hace años el gobierno peruano investiga a McAuley, quien nunca se dejó intimidar.
Una vez más García muestra su escopeta de dos cañones: por un lado finge religiosidad al solicitar se considere patrón del Perú al Señor de los Milagros y por otro lado persigue a un religioso por defender sus principios católicos.