Juan Diego y Julia Trappe: una boda rutilante
La novia con su padre
En tenor Juan Diego Flores y Julia Trappe protagonizaron sin lugar a dudas la boda más espectacular de los últimos tiempos, como nunca Lima había visto a lo largo del siglo, por el buen gusto y detalles, pero en especial por el calor de la multitud que llenó la Plaza de Armas, desde dos horas antes del inicio de la ceremonia, para ver a un compatriota que triunfa en el mundo.
Por pedido especial de Juan Diego Flores el día de ayer no se impidió el ingreso del público a la Plaza de Armas, la cual fue abarrotada por numerosas personas que aclamaron eufóricos tanto a Juan Diego, que llegó en un Mercedes Benz con su madre, María Teresa Salom, como a la novia, que llegó en un Cadillac perla de los años 50, acompañada de su padre, Wilhem Trappe.
Juan Diego y su madre
Juan Diego estuvo ataviado con un elegante frac, mientras que Julia lució muy bella, adornada con un arreglo de joyas elegante y sobrio y con el vestido adornado con cristales Swaroski, diseñado y obsequiado por el diseñador y amigo de Juan Diego, Massimo Gasparon.
La catedral lució arreglada con flores escogidas por la novia, con hojas que simulaban pequeños muros verdes a lo largo de los corredores. El acompañamiento musical estuvo a cargo del Coro Nacional y la orquesta de la Universidad de Lima, quienes ejecutaron piezas de Bach, Beethoven y Mendelsohn, escogidas por Juan Diego.
El cardenal dirigió unas palabras en inglés, para que puedan ser entendidas por el padre de la novia, mientras que las peticiones se realizaron en castellano, inglés, italiano y alemán.
Al término de la ceremonia religiosa los novios salieron a pie para los saludos a los salones de la municipalidad de Lima, desde cuyo balcón los novios aparecieron para saludar al público, lo que causó una explosión de ovaciones exultantes. Después de este punto los novios y los invitados de dirigieron a celebrar con una fiesta en la Casa de Osma.
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| Los admiradores esperan |
