Las industrias contaminan impunemente río Rímac
Raúl Wiener (*)
Descargas industriales sobre el río Huaycoloro.
¿Conocía usted que los limeños que con tanto desdén solemos mirar las peleas por el agua, de nuestros paisanos de provincias, tenemos nuestra propia Conga en plena área de expansión de la ciudad hacia el cono este, y que el líquido que sale por nuestros caños podría ser mucho más limpio y barato si el Estado normara las descargas de aguas servidas de las plantas industriales de Huachipa?
Todo el mundo sabe que el pobre Río Rímac, del que nos abastecemos el agua que llega a los hogares capitalinos, sufre a lo largo de su recorrido hasta llegar a la planta principal de tratamiento de Sedapal, en La Atarjea, de una incesante contaminación producida por la combinación entre relaves mineros, residuos agrícolas y desechos domésticos de la población que vive cerca de sus riberas, lo que se traduce en un inmenso esfuerzo de purificación de la empresa del agua para poder entregar un producto de mínima calidad, tarea que se está haciendo cada vez más difícil y que tiene un impacto negativo en la salud de la ciudad.
Lo que es menos conocido es el creciente papel de las empresas industriales ubicadas en la zona de ingreso a la capital cuyas descargas diarias están duplicando el efecto contaminador, con consecuencias que pueden desbordar la capacidad técnica de Sedapal, y encareciendo de paso sus procesos lo que eleva las tarifas que deben pagar los usuarios. La zona conocida como Huachipa, dentro de la jurisdicción del distrito de Lurigancho (Chosica), a cortísima distancia de la Atarjea y a 30 minutos del centro de la ciudad, se ha convertido en una localización preferente de empresas de envasado de leche, cerveceras, curtiembres, teñidos y otras, que han convertido el cauce del río Huaycoloro en una vía para desaguar los líquidos utilizados en los procesos industriales.
La razón por la que escogen este espacio es porque tienen una doble ventaja: LA PRIMERA, la de poder usar el agua subterránea que extraen mediante pozos y que en una insólita resolución del 16 de junio de 2009, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Mesía, Beaumont y Eto Cruz, dictaminó que no generaba ninguna obligación de pago para las empresas, privando a Sedapal de un ingreso mensual de alrededor de 50 millones de soles, que podrían ser invertidos en un mejor procesamiento de las aguas que ingresan a la planta, y en dotar de agua a la propia población de Huachipa, donde uno de cada cinco habitantes carece de agua y desagüe, lo que aumenta la contaminación del Huaycoloro y el Rímac.
La segunda ventaja es, obviamente, la de poder descargar elementos contaminantes y ahorrarse la obligación de invertir en sistemas de limpieza del agua después de su uso industrial, y no tener que pagarle a la ciudad por el daño que causan.
Agentes de la contaminación
De un total de 103 empresas ubicadas en los márgenes de los río Rímac y Huaycoloro, hay 30 que han logrado aprobar sus estudios ambientales y ser declaradas no contaminantes, ocho con estudios en proceso de evaluación, 38 han sido consideradas “no priorizadas” y 27 están en proceso de fiscalización. De este último número hay unas nueve cuyas dimensiones las convierten en una amenaza activa contra el medio ambiente:
leche Gloria;
Ambev Perú (cerveza Brahma)
Textil Peralta Vargas
Lavajeans
Curtiembre Mantaro
Curtiembres Titán
Teñidos Universal Clean
Ecopet
Curtiembres Cueros Tauro
Estas empresas han sido denunciadas ante los ministerios de salud y Vivienda, y ante el Congreso, tomando en cuenta el peligro ecológico y de salud pública que representan, pero no han cumplido con mejorar sus sistemas. La municipalidad distrital ha emitido una ordenanza de protección del río Huaycoloro, pero no se ejecuta ninguna acción para ejecutar la norma. Tampoco se hace caso a exigencia del Ministerio de la Producción para reducir la contaminación del Rímac.
Todo el mundo parece pensar que los limeños no estamos conscientes de que el agua que consumimos es cada vez más deficiente y cara. Y que seguimos adelante con la contaminación.
(*) Unidad de Investigación , La Primera.