Estos días varios medios informan acerca de un “ritual satánico” en el cual los hijos y la hermana mataron a una mujer. No obstante, leyendo el caso, no se trataría de eso, sino de una ceremonia llena de fanatismo e ignorancia de un grupo de evangélicos.
Los responsables del crimen pertenecen a la iglesia evangélica Pentecostés Andina del Perú.
Teodora Quispe Ccayllahua, 74 años, fue asesinada en Ayacucho por sus hijos y su hermana. Percy Condori Quispe, uno de los agresores, confesó a la Policía que se reunieron para expulsar el demonio que había poseído a la anciana, en una especie de exorcismo.
Como se sabe, en los rituales satánicos se adora al diablo o se ofrece un sacrificio al demonio. Los exorcismos y ceremonias parecidas, por el contrario, buscan combatir al diablo.
Aún con la confesión, a la Policía le falta esclarecer si verdaderamente se trató de un exorcismo, pues otros indicios apuntarían a que se habría tratado de un asesinato al cual habrían querido maquillar con una ceremonia de expulsión del demonio.
La mujer pereció ahorcada, según la necropsia, que determinó la existencia de un traumatismo cervical.
Aurelia Condori, hija de la víctima, confesó que “sus manos fueron sus espadas para combatir al diablo” que se apoderó del cuerpo de su madre, informan algunos medios y agregan que la hija decía que la anciana estaba embarazada del demonio, y la mató para evitar ese nacimiento.
La hija también dijo que su madre reviviría una hora después de haberla asesinado, pero, como eso nunca sucedió, su hermano, Percy Condori, acudió a la delegación policial y pidió que acudieran a su vivienda a realizar las investigaciones.
En resumen, hace falta que los redactores de noticias policiales lleven cursos de comprensión de lectura.