Alan Fairlie
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha publicado un documento de trabajo denominado “El futuro del trabajo en el sector educativo en el contexto del aprendizaje permanente para todos, las competencias y el Programa de Trabajo Decente” [1], presentamos algunos de sus principales hallazgos.
El documento hace referencia a la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo, donde se establece como parte de sus prioridades: “promover la adquisición de competencias, habilidades y calificaciones para todos los trabajadores a lo largo de la vida laboral como responsabilidad compartida entre los gobiernos y los interlocutores sociales”. Por lo cual, la OIT exhorta a los Países Miembros a fortalecer las capacidades de todas las personas para que puedan acceder a un mundo del trabajo en transición en base a una educación permanente y de calidad para todos.
En la Declaración, se plantean dos ejes centrales: los sistemas de educación y la formación de todo el mundo. La OIT señala que los trabajadores de la educación, que involucran a los docentes, administradores, instructores y personal de apoyo, deben mantenerse en una formación permanente tanto de los empleadores como de los trabajadores, debido a los acelerados cambios que se vienen dando en el mundo del trabajo.
Asimismo, para llegar a la universalidad de la educación primaria y secundaria en 2030, la OIT indica que es necesario contar con 68 millones más de docentes de la educación, 24 millones en la enseñanza primaria y 44 millones en la secundaria. Ello, debido a que, a nivel demográfico, se prevé que al 2030, la población mundial aumentará en un 10%, siendo el 60% de dicho incremento en los países en desarrollo, situación que debe tenerse en cuenta para la planificación educativa y docente.
La evolución del mercado educativo
Según señala la OIT, la educación debe ir ligada a la demanda del mercado de trabajo, para garantizar mejores oportunidades de empleo. Los trabajadores con bajas calificaciones tienen dificultades para acceder a puestos de trabajo. Mientras que, a nivel mundial existe escasez de trabajadores de alta calificación (entre 38 a 40 millones), como lo demuestra el informe de la Organización Internacional de Empleadores (OIE).
Además, señalan que para Manpower Group, el 45% de los empleadores no pudo encontrar el conjunto adecuado de competencias que necesitaba su empresa en 2018, frente al 31% en 2008. Por lo cual, se requiere que los países promuevan procesos constantes para la adquisición de capacidades, perfeccionamiento, y readaptación de las competencias exigidas por la demanda del mercado del trabajo. Una preocupación frente a ello es la baja tasa de participación de los jóvenes de 15 a 24 años en los programas de formación técnica y profesional, que, en el 2017, fue del 4% a nivel mundial.
Trabajo decente en el sector educativo
Para la OIT, la educación estaría considerada como parte del sector de los cuidados, y la enseñanza y el apoyo a los alumnos suponen un trabajo intelectual, físico y emocional. En ese sentido, los trabajadores de la educación son afectados psicosocialmente por las condiciones sociales que enfrentan en el aula, y ahora en plena pandemia esta situación se ha agravado debido a una mayor exigencia frente al uso de medios digitales. Asimismo, a pesar de la importancia que tiene la labor de la docencia en la formación y desarrollo de la sociedad no ha sido debidamente considerada tanto a nivel de salarios como condiciones laborales. En cuanto al diálogo social, la OIT señala que las partes interesadas en la educación son los Gobiernos, los interlocutores sociales, las empresas educativas, los académicos, los padres y los estudiantes. Asimismo, que la negociación colectiva permite establecer mejores condiciones de trabajo para los docentes.
Los educadores y las normas internacionales
La OIT señala que los docentes y educadores, se encuentran amparados por las normas internacionales del trabajo y por los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Asimismo, los sindicatos de docentes han tenido que enfrentar la vulneración a la libertad sindical y a la negociación por lo que han acudido al Comité de Libertad Sindical, obteniendo recomendaciones que han señalado que la mayoría de los trabajadores del sector de la educación, incluidos los docentes, no son “trabajadores esenciales” en lo relativo al derecho de huelga. Las normas internaciones que desarrollan los derechos de los educadores, son la Recomendación de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente, y Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de enseñanza superior.
Frente a los constantes cambios que se vienen dando en el mundo del trabajo, el sector educación es vital para la formación y preparación permanente de la ciudadanía, lo cual permite desarrollar capacidades y calificaciones necesarias para obtener oportunidades de empleo. Asimismo, insta a revalorar la labor del docente y de todos los involucrados en el sector, con políticas que permitan promover un trabajo decente y condiciones laborales dignas.
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[1] https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_dialogue/---sector/documents/meetingdocument/wcms_780077.pdf