Héctor Miranda
Moscú, 26 may (Sputnik).- La fase clasificatoria del torneo de tenis de Roland Garros ya está en marcha. Los seguidores, sin embargo, aguardan por la salida a la pista de los grandes ases, entre los cuales figura el rey de la arcilla, el español Rafael Nadal, quien irá en busca de una hazaña única: convertirse en máximo ganador de Grand Slam.
Nadal tiene previsto volar este miércoles a París, luego de unos días en casa, en los cuales continuó su preparación de cara al torneo que lo convirtió en una leyenda mundial del tenis, cualquiera sea el resultado en la edición de este año o en las siguientes.
El multiganador de Roland Garros comenzará el torneo como número tres en el escalafón de la Asociación de Tenistas Profesionales y, por ende, como tercer sembrado, lo cual puede reservar un pareo contra su archirrival, el serbio Novak Djiokovic en unas hipotéticas semifinales.
Rafa y Djokovic protagonizaron la final de 2020, con un triunfo para el ibérico, que igualó al suizo Roger Federer como máximo ganador de torneos de Grand Slam, con 20 trofeos. Ambos se enfrentaron hace poco más de una semana por el título del Master 1.000 de Roma, también con victoria para Nadal por 7-5, 1-6 y 6-3, quien se colocó a solo un triunfo de su eterno rival en el pareo individual: 29 victorias a 28.
LA SUPUESTA NORMALIDAD
El año anterior los organizadores de Roland Garros cambiaron la fecha del torneo. En lugar de jugarlo en sus tiempos habituales de mayo y junio, lo aplazaron para finales de septiembre y principios de octubre. Todo por culpa de la pandemia del coronavirus, que obligo, además, a contar con muy poco público en las tribunas.
Nadal, acostumbrado a ganar en París desde que lo hiciera por primera vez en 2005, no creyó en ninguno de los rivales y terminó por imponerse a Djokovic en la final por 6-0, 6-2 y 6-5, en una pista Philippe Chatrier demasiado silenciosa y casi vacía para un partido entre dos de los, tal vez, más grandes jugadores de la historia del tenis mundial.
El cambio de fecha permitió que se jugara el torneo, una suerte que no corrió el Abierto de Wimbledon, suspendido también por el coronavirus.
En esta ocasión, 16 años después de vencer en la final de 2005 al argentino Mariano Puerta, Rafa Nadal buscará su decimocuarta Copa de los Mosqueteros, como llaman al trofeo del Abierto de Francia, su lid fetiche, la misma que lo encumbró en el planeta tenis y lo convirtió en el rey de la tierra batida.
Una corona en Roland Garros, otra más, le permitiría alcanzar todos los Grand Slams conseguidos en cualquier superficie por uno de los más grandes de la historia, el estadounidense Pete Sampras, cuarto en cantidad de majors ganados por detrás del propio Nadal (20), Roger Federer (20) y Djokovic (18).
La victoria lo separaría un paso del serbio, afanado por convertirse en el máximo ganador de la historia y quien ya sumó en Melbourne, en el Abierto de Australia, su primera corona del año.
LOS RIVALES
Cuando llega Roland Garros, Nadal no cree mucho en rivales, pero no se puede olvidar que la temporada de arcilla de este año no fue todo lo fructífera que se esperaba para el gran campeón, tal vez porque se reservó para la lid francesa.
Incluso, mientras Djokovic se aventuró en una lid en Belgrado para ultimar su preparación, el español se fue a su academia en Manacor. Allí, en casa, dio los toques finales a su puesta a punto, porque sabe que puede conseguir un hito a la altura de muy pocas personas en la historia del deporte.
Pese a eso, la lista de sembrados mete miedo, aunque tal vez no tanto por la otra parte del organigrama, que encabezaría el ruso Daniil Medvedev, quien va por su primera victoria en Roland Garros.
Entrevistado recientemente, el gigantón moscovita dijo que eso de ir por un triunfo era una broma, que aspiraba a más, a ganar, pero todos sabemos que no es la tierra batida lo que llevó a Medvedev a ser la segunda mejor raqueta del mundo.
Si gana Roland Garros, Nadal escalaría aún más arriba en el olimpo de los grandes del deporte. (Sputnik)