Héctor Miranda
Moscú, 31 may (Sputnik).- Menos de una semana después de abdicar como entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane envió una carta abierta al madridismo para explicar los motivos por los cuales renunció a su último año de contrato, una decisión que cayó como un jarro de agua fría a sus seguidores.
La misiva, que ofreció en primicia el diario deportivo As, apunta al comportamiento de la cúpula del club hacia el técnico, y a la falta de apoyo que sintió este en varios momentos de la temporada, con la filtración de mensajes a los medios sobre un posible cese del jefe del banquillo si no llegaban los buenos resultados.
Si la vez anterior, cuando dijo adiós, luego de ganar la décimotercera Champions para el Madrid, el técnico se presentó ante los medios en compañía del presidente, Florentino Pérez, para explicar su decisión, está vez se lo comunicó a la directiva, que lo dio a conocer a través de un comunicado, y se fue a casa.
Unos días después, tal vez motivado por aquellos que decían que se había "tirado del barco", Zizou ofrece sus puntos de vista y no deja bien parado al club, incluso al presidente, al cual le agradece, sin embargo, por haberlo llevado al Real Madrid hace más de 20 años y por haberle dado la posibilidad de dirigir.
LA MISIVA
Zidane es madridista. Eso nadie lo duda en ninguna parte, y los socios y seguidores del club saben que representa los valores de la institución. Incluso, admiran sus posiciones, su carácter, la forma en que encara los dardos que le lanzan desde todas partes, sobre todo desde los medios, afines o no. Y en su esquela lo deja claro.
"Queridos madridistas", dice en referencia los seguidores del equipo blanco, al cual llenó de títulos en los seis años que estuvo al frente, y agrega que "siempre he sentido que había algo muy especial entre nosotros. He tenido el gran honor de ser jugador y entrenador del club más importante de la historia, pero ante todo soy un madridista más"
También recuerda que "cuando en marzo del 2019 acepté volver a entrenar al Madrid después de un descanso de unos ocho meses fue porque el presidente Florentino Pérez me lo pidió, por supuesto, pero también porque vosotros me lo decíais cada día. Cuando me encontraba a uno de vosotros por la calle sentía el apoyo y el deseo de verme otra vez con el equipo. Porque comparto los valores del madridismo, este club que pertenece a sus socios, a sus aficionados, al mundo entero".
"He intentado transmitir yo también estos valores en todo lo que he hecho, he intentado ser un ejemplo. Pasar veinte años en el Madrid ha sido la cosa más bella que me haya pasado en la vida y sé que se lo debo exclusivamente a Florentino Pérez que apostó por mí en el 2001, que peleó por mí, para hacerme venir cuando había cierta gente que estaba en contra. Lo digo de corazón, siempre le estaré agradecido al presi por ello. Siempre", dice en referencia al mandatario, al cual más adelante no deja bien parado.
"Me voy, pero no me tiro del barco y no estoy cansado de entrenar... Me voy porque siento que el club ya no me da la confianza que necesito, no me ofrece el apoyo para construir algo a medio o largo plazo. Conozco el fútbol y conozco la exigencia de un club como el Madrid, sé que cuando no ganas te tienes que ir", dice la carta.
Parece una dicotomía: le agradece al presidente, pero le reclama al club. Y sabe que la mano de Florentino estuvo detrás de todo el comportamiento de los estamentos del club cuando dudaron de él y de sus jugadores, cuando comenzaron las filtraciones en los momentos álgidos de la temporada.
¿HABRÁ VUELTA?
En una conferencia de prensa, a mitad de temporada, Zidane explotó contra un periodista. Nunca antes se le había visto así al entrenador, habitualmente jovial y cariñoso con los medios, a pesar de las reiterativas preguntas de algunos sobre su futuro, o sobre las alineaciones, o las prioridades que daba a algún jugador sobre otro.
"Si lo que quieres es que me vaya, dímelo a la cara", le dijo el francés al reportero, pero ese mensaje no era para el periodista, sino para Florentino. Se había cansado el técnico de las filtraciones constantes. No se necesitaba ser muy inteligente para saber el destinatario y lo que significaron aquellas palabras.
Al final, el Real Madrid no ganó nada. Pero el equipo llegó a semifinales de Champions y peleó hasta el último día por la Liga. Y fue mérito del entrenador, que logró sacar lo mejor de un equipo repleto de veteranos ilustres y unos pocos jóvenes ambiciosos.
Rescató a algunos que parecían perdidos para el fútbol y le abrió las puertas a otros jóvenes que llegaron desde el Castilla, o que parecían vivir el ostracismo del banquillo. Y la afición, aún sin estar en el estadio, lo agradeció. Pero ya es historia y nadie sabe si alguna vez volverá. Si Florentino irá por él de nuevo, si lo hará otro presidente alguna vez.
Pero puede ser. Puede pasar que un día el legendario jugador y el exitoso técnico vuelva a cruzar su camino con el club de sus amores. Parece una quimera, un sueño de una noche de verano, pero volvería a ser lindo, bueno, que Zidane regresara.
Si yo fuera el presidente, iba a por el ahora mismo. A fin de cuentas, Zidane no tiene trabajo y el club sigue sin entrenador. Es una locura, ya lo sé. Un imposible, pero estoy seguro de que después de leer la carta, muchos madridistas piensan como yo. A fin de cuentas, en todo esto el que queda mal parado es el Madrid, y su presencia en el banquillo ilusiona más que las de Antonio Conte, Mauricio Pochettino o Raúl González. Porque con Zidane la posibilidad de un título siempre está ahí, muy cerca. (Sputnik)