A causa de la pandemia, mucho se ha hablado sobre el aprendizaje virtual sincrónico (en vivo) y asincrónico (en diferido). Para resolver nuestras dudas al respecto, un especialista de Smartick nos explica las diferencias entre ambas metodologías.
La pandemia del COVID-19 ha obligado a que este 2021 las clases escolares continúen en modalidad virtual, y es probable que hayas escuchado en más de una ocasión hablar sobre el aprendizaje asincrónico y sincrónico. Si bien ambas metodologías son útiles cuando los profesores y los alumnos están separados por las distancias, existen ventajas y desventajas al momento de aprender “en vivo” y “en diferido”. Si alguna vez te has preguntado cuál de estas alternativas es la mejor para tu hijo, a continuación, Javier Arroyo, cofundador de Smartick, nos explica sus principales diferencias:
1) La diferencia del tiempo. Mientras el aprendizaje sincrónico se da en tiempo real, es decir, tanto el alumno como el profesor están conectados e interactúan al mismo tiempo, en el aprendizaje asincrónico el alumno aprende sin que el profesor participe del proceso al mismo tiempo. Un ejemplo de ello son las clases grabadas, que tienen como ventaja que el alumno puede recibirlas cuando tenga disponibilidad.
2) Interacción directa o indirecta. Teniendo en cuenta ello, el aprendizaje sincrónico permite que el alumno resuelva dudas con el profesor en el mismo momento en que se producen, mientras que con una clase pregrabada, las dudas deben ser resueltas mediante un correo electrónico o a través de material complementario.
3) Ritmo grupal o individual. El aprendizaje sincrónico trabaja a un ritmo de estudio grupal, donde todos los niños de la clase avanzan al mismo tiempo; mientras que el asincrónico trabaja a un ritmo individual, donde cada alumno estudia a su propio ritmo para procesar y aprender la información.
4) Recursos digitales propios. El aprendizaje sincrónico se apoya en herramientas de transmisión en vivo, como videollamadas, pizarras virtuales, etc. En tanto, el aprendizaje asincrónico utiliza videos interactivos, animaciones, y materiales complementarios, que pueden ser consultados más de una vez.
5) La personalidad de cada alumno. Si tu hijo tiene es sociable, le gusta participar en grupo, es metódico y estructurado, entonces puede acoplarse con mayor facilidad al aprendizaje sincrónico. En cambio, si es más reflexivo, analítico, y le gusta investigar sobre lo que aprende, entonces el aprendizaje asincrónico se le acomodará mejor.
Dicho esto, ¿qué metodología es mejor? El experto de Smartick recomienda no descartar ninguna de las dos modalidades. Por el contrario, dependiendo del curso o las circunstancias, se debe optar por la que se adecue mejor. Incluso pueden ser complementarias. “Por ejemplo, con la pandemia, a muchos niños que no cuentan con Internet de buena calidad en casa, o simplemente no tienen conexión, se les dificulta asistir a clases todos los días. Pero si los colegios disponen clases pregrabadas y algunas sesiones en vivo para resolver dudas, la educación virtual sería más accesible y más efectiva”, explica Arroyo.
Smartick es un método de aprendizaje online, dirigido a niños desde los 4 años, que utiliza inteligencia artificial. Ello permite la personalización de contenidos y ejercicios, con sesiones diarias de solo 15 minutos, que no requieren supervisión. El método se enfoca en el aprendizaje de matemáticas y comprensión lectora, mejorando la capacidad de los niños en cálculo, lógica y razonamiento.