La Academa Francesa incorporó al escritor peruano Mario Vargas Llosa, el primer autor que no escribió en francés en recibir dicha distinción.
En la ceremonia se otorgó el sillón número 18 a Vargas Llosa, de 86 años, recibido como uno más entre los “inmortales”, los grandes custodios de las letras francesas.
Vargas Llosa recibió en 2010 el Nobel de Literatura en 2010, recibió en la víspera la espada ceremonial que llevó y que le entregó la “secretaria perpetua” de la institución, la historiadora y politóloga Hélène Carrère d'Encausse, en el puesto desde 1990.
La distinción se realizó en ceremonia solemne en el Anfiteatro del Instituto Francés, en París, para la cual el autor vistió el característico traje oscuro bordado con hojas verdes de olivo.
Entre los invitados presentes se contó al rey emérito español Juan Carlos I y su hija la infanta Cristina.
El tradicional evento continúa con varios de sus aspectos formales que tienen 350 años. Entre las celebridades distinguidas figuran Montesquieu (nombrado académico en 1727), Victor Hugo (1841), Louis Pasteur (1881), Alexis de Tocqueville (1841), Jean Cocteau (1955) o Claude Lévi-Strauss (1973).
El curioso apelativo de “inmortales” proviene del lema “À l'immortalité” (A la inmortalidad), que figura en el sello dado a la Academia por Richelieu y que hace referencia a su misión de “portadores de la lengua francesa”.
En ese acto privado sus colegas le asignaron una palabra del diccionario para que improvisara una reflexión -en este caso" fue “Xérès” (Jerez)- y se le hizo entrega de la medalla de la institución.
La elección de Vargas Llosa fue criticada por intelectuales franceses, por no haber escrito nunca en francés y por sus posiciones políticas, que algunos consideraron próximas a la extrema derecha, además de superar el tope de 75 años de edad.