Silencio de dos damas


por Herbert Mujica Rojas

 
Quien postule a un cargo, por ejemplo, edilicio, tiene que conocer in extenso, al detalle puntual y debidamente los problemas de su comuna, los generados en la administración que se va y las soluciones que ofrece, de ser ungido con los votos populares, autoridad. Por tanto una de las primeras reglas consiste en la información, a quiénes se la pide y quiénes se la dan. Los que más saben no pueden ocultar, cohonestar, disfrazar o atenuar lo que pareciera estar manchado o mañosamente concebido para no cumplir ni con el espíritu y tampoco la letra de los contratos.


No hay excusa posible que valga como argumento para evadir la responsabilidad que significa proveer de información real y comprobada de los que están más abajo en la línea de mando hacia los que están en las principales cúspides de la línea política postulante.
 
El Proyecto Línea Amarilla es descrito por el Estudio Echecopar como:
 
“Un contrato con la Municipalidad de Lima adjudicándosele el proyecto vial Línea Amarilla. Por el contrato, la empresa tendrá el derecho, por 30 años, de explotar la infraestructura y recibirá como ingreso el cobro del peaje, incluye el mejoramiento, operación y mantenimiento de un aparte de la Vía de Evitamiento que conecta la zona sur con la zona norte de la ciudad de Lima (25 kms), y la construcción, operación y mantenimiento de 9 km de una nueva vía expresa urbana”.
 
Pero hay hechos que hasta hoy no han sido rebatidos, a saber:
 
La empresa que lo presenta en marzo del 2009, Constructora OAS Ltda (Matriz Brasil) y a la que la Municipalidad de Lima le aprueba el proyecto Línea Amarilla, no es la misma que firma el contrato: Línea Amarilla SAC, llamada en el documento, el Concesionario, con domicilio en Av. Camino Real No 456, Torre Real, Piso 16, oficina 1604, San Isidro.
 
La empresa ganadora de la iniciativa privada Línea Amarilla (Constructora OAS Ltda.), no es accionista de la nueva empresa, Línea Amarilla SAC, que firma el contrato.
 
La empresa que firma el contrato por una obra de US$ 570 millones de dólares y que en 30 años cobrará US$ 2,500 millones de dólares del peaje, tiene un capital de S/ 2,900 y no tiene ninguna experiencia ¡en nada!
 
Según la Municipalidad (funcionario Madueño en La Hora N), esto es para “encapsular” el proyecto y no afectar el patrimonio de  Constructora OAS Ltda.
 
La empresa Línea Amarilla SAC se funda en octubre del 2009 con S/ 2,900 de capital, a partir de noviembre del mismo año (firma del contrato), esas 2900 acciones de S/ 1 cada una, de ampliarse a 60 años el plazo de concesión, se podrían convertir en acciones de US$ 2 millones de dólares ¡cada una!
 
Los socios de Línea Amarilla SAC actúan por su propio derecho, es decir sólo ellos dos, Valfredo de Assis Ribeiro filho (brasileño) y Juan Carlos Morón Urbina, actúan por su propio derecho, es decir sólo ellos dos (y no Constructora OAS Ltda.) son dueños del contrato de US$ 570 millones de dólares.
 
Según la memoria del mismísimo Estudio de abogados Echecopar, uno de los socios, Juan Carlos Morón Urbina (Línea Amarilla SAC), sería socio del Estudio Echecopar.
 
También el Estudio Echecopar es asesor legal de la Municipalidad de Lima y de sus empresas municipales.
 
¿No sabía nada de esto, el señor Alejandro Castagnola Pinillos, ex teniente alcalde de la Municipalidad de Lima y actual presidente del gobierno regional de Lima Metropolitana y jefe de campaña, a la sombra, del Partido Popular Cristiano? ¿por causa de qué no informó de nada de esto a la postulante de su partido, la señorita Lourdes Flores Nano? Castagnola es hombre de confianza, también, del alcalde Luis Castañeda Lossio quien no tuvo mejor idea más contribuidora a una paz y armonía dentro de cualquier gestión municipal que incorporar a uno de sus cachorros en la lista de Flores Nano.
 
Haría mucho por su propia salud política y cívica, Lourdes Flores Nano en esclarecer ¿qué ocurre con este asunto tan lleno de razonables sospechas de irregularidades? Hasta hoy ha guardado silencio, presumiblemente por la irresponsabilidad de Castagnola, su mudez y orfandad de conciencia cívica.
 
No es todo. La otra dama, a quien un sector importante del electorado quiere votar como su alcaldesa, Susana Villarán, tiene en su lista de aspirantes a regidores al señor Rafael García Melgar, actual regidor de Lima y firmante amable del contrato de concesión con Línea Amarilla SAC. ¿También se olvidó de advertir a la postulante de Fuerza Social de los intríngulis graves que rodean este sancochado en que una empresa gana la licitación y se adjudica a otra firma que apenas tiene capital de S/ 2,900 un contrato por US$ 570 millones de dólares y por 30 años, luego de los cuales ganará la astronómica suma de US$ 2,500 millones de dólares?
 
Más aún. José Luis Villarán Salazar, es el presidente del Consejo Directivo del Instituto Metropolitano de Planificación de la Municipalidad de Lima, entidad consultada en análisis del contrato y los detalles técnicos y cuyo voto favorable fue importante en ese otorgamiento y que resulta hombre con parentesco cercanísimo a Susana Villarán ¿no pudo, no tuvo ocasión ni la oportunidad de advertir a la aspirante edil del grave cúmulo de hechos alrededor de este misterioso y millonario contrato?
 
También, por su propia salud política, Susana Villarán debería pedir la renuncia de García Melgar y, de llegar al solio municipal, de oficio, solicitar la investigación exhaustiva de aquél y su voto al discutido contrato. No debería desdeñarse, tampoco, la actuación favorable de la comisión que preside su primo hermano o pariente cercano José Luis Villarán Salazar quien también es Secretario Nacional de Ideología de Solidaridad Nacional.
 
El silencio de dos damas es un hecho objetivo que necesita urgente corrección cívica con todo el rigor administrativo y jurídico cuanto que político imprescindibles.
 
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