Hoy se realiza un nuevo simulacro de sismo, pero en los puntos señalados por el Indeci no figura el de la seguridad. Una vez más vemos la mediocridad de esta institución pues en caso de sismo destructor la delincuencia también puede causar víctimas y daños a la propiedad.
Esperemos que para el próximo simulacro ese aspecto se tenga en cuenta, no sólo para que la población esté alerta ante el hampa, que ha crecido mucho con este gobierno de Alan García, sino que para que tenga también un efecto disuasivo en el lumpen, pues viendo que la policía y el ejército se desplazarán a brindar seguridad lo pensarán dos veces antes de arremeter.
Sobre este punto ya habíamos escrito el año pasado:
Seguridad, gran omisión en simulacro de sismo
Este 18 de agosto se realizará el Simulacro Nacional de Sismo 2010, y según anuncia el Indeci, será una repetición de los simulacros de mayo, pero que se efectuará en todo el país, advirtiéndose, por tanto, una seria omisión: la seguridad.
El simulacro plantea un sismo de 8 grados en la escala de Richter, 0,1 grados más que el terremoto de Ica, que fue de 7,9 grados Richter, lo cual indica un alto número de heridos, muertos y un gran número de viviendas y edificios dañados o destruidos.
Precisamente ahora que el mismo Presidente de la República admite su incapacidad de brindar seguridad ciudadana adecuada, el Instituto de Defensa Civil repite la misma función de mayo: escenas de atención a heridos y tránsito a lugares de mayor seguridad, no la seguridad.
En Ica, el terremoto ocasionó el derrumbe de una cárcel y la fuga de 600 peligrosos delincuentes que, desde el primer momento causaron el caos y robaron lo poco que tenía la gente que había perdido sus casas y estaba viviendo a la intemperie, pese a ello, la población no recibió la inmediata ayuda de las fuerzas del orden para vigilar la seguridad.
El Indeci y el Gobierno fueron no sólo incapaces de prever este grave problema, sino que una vez ocurrido demoraron ¡más de tres días! en enviar a miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para poner orden a un lugar tan cercano a Lima, como es Ica.
Una autoridad debe pensar no en ciencia ficción, sino en las lecciones de realidad. De ocurrir un terremoto fuerte, no sólo tendríamos reos fugando de las cárceles, sino que éstos se sumarían a las hordas del hampa que ya es incontrolable, además de desadaptados que todavía no son delincuentes avezados, pero que podrían aprovechar la oportunidad para iniciarse en acciones de pillaje y saqueo contra la población indefensa.
Incluso es previsible el efecto imitación, pues habiendo sido ampliamente difundidos los saqueos que se produjeron desde el mismo día y el día siguiente al terremoto de Chile, a diferencia de Haití, donde se produjeron tras una semana de hambre, los actos de saqueo podrían comenzar inmediatamente después del terremoto.
Entonces, en el simulacro deberían salir también la Policía Nacional y las FF. AA. en coordinación con los alcaldes, que son los responsables de Defensa Civil en su jurisdicción, y deberían ejercitarse en contrarrestar posibles actos de pillaje y en conocer los lugares más vulnerables o de más peligrosidad.
Indeci cuenta con burócratas dorados con sueldos que superan los 14 mil soles, hecho que una vez más indica el torpe criterio de establecer altos sueldos para funcionarios que se promocionan como expertos, como asegura Servir, pero no son capaces de prevenir ni de tomarse la molestia de analizar la realidad para actuar con verdadero profesionalismo.
Salud y mal comportamiento de las clínicas
Esperemos también ver la movilización de hospitales de campaña, pues normalmente los hospitales se encuentran saturados. En caso de terremoto sería ya imposible atender a las víctimas en estos nosocomios, aun teniendo en cuenta que podrían quedar en pie.
En el simulacro también deberían participar las clínicas, pues, aunque son empresas privadas con fines de lucro, no pueden negarse a brindar una colaboración mínima, como sucedió durante el terremoto de Ica, cuando se negaron a ayudar a recolectar sangre de los miles de peruanos que hacían cola en Lima, situación en la cual los locales del Estado no se abastecían (ver Clínicas privadas dan la espalda al Perú tras el terremoto).
Educación
Por últmo, el simulacro debería servir para educar en los colegios y no se vuelvan a repetir escenas deplorables como cuando, en mayo de este año, el presidente Alan García asistió al centro educativo Los Educadores, donde, dirigiéndose al público, la directora sólo atinaba a decir que hubo tantos heridos, muertos, etc., en lugar de hablar sobre la importancia del simulacro en un país con riesgo sísmico como el nuestro.
Sobre este punto ya habíamos escrito el año pasado:
Seguridad, gran omisión en simulacro de sismo
Este 18 de agosto se realizará el Simulacro Nacional de Sismo 2010, y según anuncia el Indeci, será una repetición de los simulacros de mayo, pero que se efectuará en todo el país, advirtiéndose, por tanto, una seria omisión: la seguridad.
El simulacro plantea un sismo de 8 grados en la escala de Richter, 0,1 grados más que el terremoto de Ica, que fue de 7,9 grados Richter, lo cual indica un alto número de heridos, muertos y un gran número de viviendas y edificios dañados o destruidos.
Precisamente ahora que el mismo Presidente de la República admite su incapacidad de brindar seguridad ciudadana adecuada, el Instituto de Defensa Civil repite la misma función de mayo: escenas de atención a heridos y tránsito a lugares de mayor seguridad, no la seguridad.
En Ica, el terremoto ocasionó el derrumbe de una cárcel y la fuga de 600 peligrosos delincuentes que, desde el primer momento causaron el caos y robaron lo poco que tenía la gente que había perdido sus casas y estaba viviendo a la intemperie, pese a ello, la población no recibió la inmediata ayuda de las fuerzas del orden para vigilar la seguridad.
El Indeci y el Gobierno fueron no sólo incapaces de prever este grave problema, sino que una vez ocurrido demoraron ¡más de tres días! en enviar a miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para poner orden a un lugar tan cercano a Lima, como es Ica.
Una autoridad debe pensar no en ciencia ficción, sino en las lecciones de realidad. De ocurrir un terremoto fuerte, no sólo tendríamos reos fugando de las cárceles, sino que éstos se sumarían a las hordas del hampa que ya es incontrolable, además de desadaptados que todavía no son delincuentes avezados, pero que podrían aprovechar la oportunidad para iniciarse en acciones de pillaje y saqueo contra la población indefensa.
Incluso es previsible el efecto imitación, pues habiendo sido ampliamente difundidos los saqueos que se produjeron desde el mismo día y el día siguiente al terremoto de Chile, a diferencia de Haití, donde se produjeron tras una semana de hambre, los actos de saqueo podrían comenzar inmediatamente después del terremoto.
Entonces, en el simulacro deberían salir también la Policía Nacional y las FF. AA. en coordinación con los alcaldes, que son los responsables de Defensa Civil en su jurisdicción, y deberían ejercitarse en contrarrestar posibles actos de pillaje y en conocer los lugares más vulnerables o de más peligrosidad.
Indeci cuenta con burócratas dorados con sueldos que superan los 14 mil soles, hecho que una vez más indica el torpe criterio de establecer altos sueldos para funcionarios que se promocionan como expertos, como asegura Servir, pero no son capaces de prevenir ni de tomarse la molestia de analizar la realidad para actuar con verdadero profesionalismo.
Salud y mal comportamiento de las clínicas
Esperemos también ver la movilización de hospitales de campaña, pues normalmente los hospitales se encuentran saturados. En caso de terremoto sería ya imposible atender a las víctimas en estos nosocomios, aun teniendo en cuenta que podrían quedar en pie.
En el simulacro también deberían participar las clínicas, pues, aunque son empresas privadas con fines de lucro, no pueden negarse a brindar una colaboración mínima, como sucedió durante el terremoto de Ica, cuando se negaron a ayudar a recolectar sangre de los miles de peruanos que hacían cola en Lima, situación en la cual los locales del Estado no se abastecían (ver Clínicas privadas dan la espalda al Perú tras el terremoto).
Educación
Por últmo, el simulacro debería servir para educar en los colegios y no se vuelvan a repetir escenas deplorables como cuando, en mayo de este año, el presidente Alan García asistió al centro educativo Los Educadores, donde, dirigiéndose al público, la directora sólo atinaba a decir que hubo tantos heridos, muertos, etc., en lugar de hablar sobre la importancia del simulacro en un país con riesgo sísmico como el nuestro.