ollanta humala 91Por Rocío Ferrel

El día viernes 31 de enero, se presentó ante el Congreso el presidente Ollanta Humala para informar y fijar la posición del Perú frente al adverso resultado de la demanda ante La Haya, que ha permitido a Chile quedarse con una parte importante de lo que ha estado usurpando.

En su exposición, el presidente de la República dijo: “Se ha concluido la definición de todas nuestras fronteras, asunto que desde la fundación de la República, hace casi 200 años, ha constituido una de las más altas prioridades del Estado”.

Faltó sinceridad

Pero no tuvo la entereza de explicar que el solo hecho de haber ido a la CIJ constituye una gran vergüenza para el Perú, pues en nuestro caso significa que los militares y gobernantes se negaron todo el tiempo a ejercer la soberanía que nos corresponde según el tratado de 1929. La capitulación militar y la renuncia al empleo legítimo de la fuerza dentro de los límites del mencionado tratado obligaron al Perú a ir a La Haya a mendigar justicia, y al mendigo solo se le dan migajas, como hemos comprobado. Ollanta Humala no comenzó su discurso con ese necesario mea culpa nacional.

Lo grave y más golpe a Tacna

Respecto del triángulo de cuatro hectáreas de Tacna, subrayó que el fallo de la CIJ no toca las fronteras terrestres, por lo que carecería de importancia lo que diga Chile. Sin embargo, al quedarse solamente en esas conocidas palabras, se reflejó la intención de permitir que Chile continúe controlando esa parte de nuestro territorio.

Los peruanos esperábamos que el presidente anunciara que la fuerza armada del Perú ya había ocupado el triángulo terrestre desde la línea sur (del hito N.o 1 al punto Concordia) hacia el norte. Parece que el presidente Ollanta Humala y los asesores adictos a Chile que tiene no toman en cuenta que una de las razones de la derrota peruana en La Haya ha sido que el Perú durante décadas dejó que Chile pescara y ocupara aguas peruanas. Como la posición del Perú era simplemente protestar mediante documentos y no expulsar militarmente a los chilenos, la corte de La Haya interpretó esta permisión peruana como un reconocimiento tácito de que esas aguas pertenecían a los rateros chilenos; y en ese sentido se emitió el 27 de enero el fallo que todos los peruanos —y especialmente los tacneños— lamentamos.

Entonces, respecto del triángulo terrestre, al negarse Ollanta Humala (quien además de ser Presidente es militar), a ejercer la soberanía que nos reconoce el tratado de 1929, está creando las bases de la argumentación chilena de que el Perú le está cediendo esa parte de Tacna.

Pero Tacna ha sido afectada no solo por la mutilación del mar sino también por otra maniobra chilena, concertada con Ollanta Humala, cuyo resultado es que el Perú ha declinado su soberanía nacional y acepta que Chile supervise y apruebe los volúmenes de pesca del Perú. Esto es posible por un convenio binacional1 que ha entrado en vigencia con el actual gobierno. Para completar la traición, ni un solo congresista de Tacna ha alzado su voz para exigir el retiro del Perú de ese traidor convenio.

Luz verde a sometimiento del Perú a Chile

Dejando de lado la terrible realidad del despojo territorial chileno y de la intención de Chile de dominar al Perú, Humala, olvidando que el Perú corre el riesgo de perder Tacna, dijo “Con Chile, la única agenda pendiente es la de la integración”. Esto significa que, dado el grado de corrupción que los chilenos propician entre los políticos, empresarios y comunicadores, Ollanta Humala se propone agravar el dominio económico de Chile en el Perú; para él no existe la necesidad de mantener sana distancia frente a un enemigo tan nefasto y sanguinario.

Se sabe que por ahora las exigencias de Chile incluyen, entre otros, dos aspectos importantes: dejar que los chilenos sigan adquiriendo más tierras agrícolas en el Perú (por ejemplo en la irrigación Chavimochic) y que se le venda electricidad despilfarrando el gas peruano que, al haber sido expropiado por empresas privadas, es el más caro de América Latina.

Ambas exigencias que Chile se permite formular como si hasta ahora le valiese su condición de vencedor de una guerra de hace más de un siglo, pese a que —en lo concerniente al agro— el Perú es un país en el que la tierra agrícola es lo más escaso, por lo que vemos millones de campesinos sin tierra que llenan las ciudades y destruyen la selva, lo cual no importa a los sirvientes de Chile del Ejecutivo y del Congreso; para ellos lo más importante es asegurarse de que Chile gane más territorialidad en el Perú. Así, de hecho, estos peruanos traidores están convirtiendo al Perú en un país anexado a Chile.

En cuanto a la posible venta corrupta de electricidad a Chile, es lamentable que por la complicidad de los congresistas lobbistas del Congreso —que no han dicho nada cuando empresarios adictos los faenones, amigos de Ollanta Humala, fueron a Chile a ofrecer electricidad—, se va a acelerar el agotamiento del caro y escaso gas peruano, al aceptar compartirlo con el enemigo chileno. Obviamente que esa venta de electricidad a Chile haría subir más el precio del gas.

Congresista digno se rebela

Para demostrar que no todo está podrido en el Congreso, ante tan terrible entreguismo del presidente Humala y de los congresistas al servicio de Chile que lo aplaudían, el parlamentario Jorge Rimarachín Cabrera expresó su protesta con el grito “¡No a la chilenización!”, sosteniendo un cartel con la inscripción “Ugarte, Bolognesi y Grau los juzguen”. Por este incidente se suspendió la sesión. Este congresista se retiró tiempo atrás de la bancada nacionalista cuando vio que en lugar de defender los intereses del Perú eran sirvientes de Chile, lo cual él notó desde el momento en que los falsos nacionalistas de Ollanta Humala abandonaron su oposición al falso TLC con Chile, que era una de las promesas de la campaña electoral.

La correcta conducta del señor Rimarachín, que a la salida del Congreso tildó de prochileno a Ollanta Humala, ha llenado de incontenible ira a los parlamentarios sirvientes de Chile, especialmente al ver el nombre de héroes peruanos como Alfonso Ugarte, Francisco Bolognesi y Miguel Grau, a quienes ellos detestan, pues se han comprometido a seguir permitiendo que entre los militares peruanos se venere el monumento al ladrón chileno Arturo Prat Chacón.

Felicitan a fracasados

Como si no fuese grave el horrible resultado del fallo de la CIJ, el presidente Humala elogió el “trabajo” del equipo peruano que defendió la posición peruana en La Haya. Lamentablemente, este grupo iba con la desventaja de tener que remontar un pasivo de capitulación militar, errores diplomáticos, entreguismo diplomático y también entreguismo político prochileno2, que finalmente determinó la derrota de la posición peruana, que no pudo recuperar todo lo que usurpaba Chile y que ha dejado sin mar útil a Tacna. Aunque en este equipo de diplomáticos hay personas correctas, su composición ha estado manchada por la presencia de Allan Wagner Tizón, hombre de confianza de Chile y promotor y firmante del Acta de Lima, de 1985, que cumple el criminal objetivo de borrar en niños y jóvenes la memoria histórica, para que el Perú esté siempre con la guardia baja al no reconocer con claridad que Chile es país ladrón, asesino y enemigo del Perú. Por supuesto que Ollanta Humala está de acuerdo con este propósito antiperuano del Acta de Lima, y por eso no retira al Perú los textos escolares infames y traidores que buscan educar a niños con mentalidad de sirvientes de Chile.

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1 Leer Vergonzosa claudicación del gobierno: Chile pasa a controlar el mar de Grau y bloquea investigación científica del Perú

2 Subordinación geopolítica del Perú a Chile. Leer Error geopolítico: Alianza del Pacífico, trampa chilena para colonizar el Perú y Lumpen periférico: Chile al acecho

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