Aranceles, trigo, San Dionisio y Vladimiro
por Herbert Mujica Rojas
Dice el cable oficial de Andina: “El Ejecutivo eliminará los impuestos de importación a la harina de trigo extranjera” (sic). ¿Sabrán los genios de la agencia estatal de noticias que Perú no importa harina de trigo nacional?
Como era previsible, el Comité de Molinos de Trigo de la Sociedad Nacional de Industria, a través de Alejandro Daly pidió un trato similar al arancel que se paga por la importación de trigo como materia prima. Agregó que “resulta preocupante la noticia. El arancel de la harina de trigo que es lo que fabricamos va a bajar a cero, y si no se adopta una medida similar con el trigo, para que también vaya a cero, la medida iría en contra de toda racionalidad económica”, declaró para RPP.
Muy interesante cómo el billar y sus carambolas, a veces, se aplican a la política. De precaver, sin duda, que el supuesto beneficio de algunos termine favoreciendo intereses de otros más grandes, voraces y siempre vigentes en todo este proceso de expoliación sistemática del país. No debe dejarse de tener en cuenta que uno de los más grandes importadores de trigo es el grupo económico del cual es amo y señor San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros. ¡Nada menos!
Apelemos a la sabia Clío para recordar lo que en Perú de puro sabido siempre se olvida. En uno de los vídeos se registra cómo, años atrás, durante el fujimorato monrero, el ex capitán traidorzuelo Vladimiro Montesinos se reía a mandíbula batiente con... ¡San Dionisio Romero Seminario! y charlaban, no sobre la salvación del país, sino en torno a los negocios y ventajas para el gran fenicio dadas por el soplón mayor. Debe ser parte de una casualidad pero el arancel de 17% del trigo, llegó al cómodo dígito de 10% que es el actual. Y alguien, sin saber leer ni escribir, sólo por ser compinche de un ratero, se embolsicó decenas de millones de dólares por la rebajita. ¿Adivina, amable lector, quién fue?
A nadie escapa que la, a veces perdida, fina percepción política del presidente García no permitiría que esto ocurra como resultado de una carambola política de muy mal olor, por cierto. Espero no equivocarme con este juicio, de repente, hasta muy generoso.
Acaso el derrotero estaría en promover la producción nacional de trigo y del maíz amarillo duro como debiera ser en un país como el nuestro con altos márgenes de productividad, afirma el especialista en temas agrarios, Luis Bravo Villarán.
Apunta, además, con experiencia de campo y no cómoda mirada intelectual desde un escritorio: eso es perfectamente posible en estos suelos y los agricultores obtendrían márgenes interesantes.
En Colombia se ha hecho así y no nos sorprendamos de tener en poco tiempo trigo y maíz provenientes de ese país. Y aquí poseemos microclimas y una diversidad incomparable y la pregunta es ¿qué espera el gobierno para ponerse los pantalones en el tema agrario?
Nuevamente el pesado fardo de una casta política ultra-miope permite que los disparos e improvisaciones (a veces muy bien “organizadas”) desde los altos niveles, consigan patente de corso y los grandotes bien gracias. Quejarse de los poderosos pero no dar caminos de alternativa es repetir la cansina y torpe historia nacional que nos tiene engrilletados a un arquetipo espiritual de lamentación permanente. Y así no vamos ¡a ninguna parte!