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Señal de Alerta por Herbert Mujica Rojas 24-6-2004Dionisio, banquillo y las rejas
Alguna vez en estos años me hicieron llegar un mensaje presuntamente de él: decía que era un bastardo pero que me respetaba. Contesté que lamentaba no poder decir lo mismo y sostuve que él era –y es- un miserable, ruin y aprovechador del Perú y que su hábitat era alguna de las cárceles peruanas.
Acabo de estar en Puno y conocí Yanamayo. Con un buen equipo de calefacción, el asunto queda confortable. Mientras que el Perú no sepa castigar a todos sus dueños anticholos, insolentes, déspotas que aún viven en la Colonia y en la republiqueta de juguete que hemos sido ―y seguimos siendo― persistirá el poder del dólar dictando las leyes a través de parlamentos vasallos, gobernantes mediocres y fieles mozos de cuanto se elucubre en otras oficinas, sedes del genuino poder corruptor y vendepatria disfrazado de tecnócrata y liberal. Como es improbable que alguna justicia condene, aunque sea por finta, a San Dionisio, su puesto en Puno sigue vacante.
Algunos aceleran sus latidos y escandalizan
cuando se habla de fusilamientos y castigos ejemplares. Por ejemplo, ¿no sería
interesante sacar, montados en burro, a tanto legiferante mediocre, incapaz de
enfrentarse al poder real que representan los grupos económicos? Si el Perú está como
está, es porque pandillas de hampones y delincuentes, lo han gobernado así y lo
han postrado al nivel de colonia y campo de experimentación de fumigaciones,
tropas extranjeras, privatizaciones y concesiones.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien! ¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera! ¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
Esta columna todos los días a las 7.30 pm. en Radio Cora.
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