Por Herbert Mujica Rojas

En diciembre del 2015, entre feriados, sábados, comunicaciones a deshoras y apuros forzados, Cancillería otorgó la buena pro para 400 mil pasaportes electrónicos al consorcio francés Imprimerie Nationale. El asunto fue tan público y escandaloso ¡como lo fuera el sobreprecio de US$ 16 millones de dólares pagados por esta dependencia!

Meses atrás, ese 2015, una primera licitación pública en RREE, fue declarada desierta. Nadie entendió nunca cómo, poco después, el requerimiento de 200 mil pasó a 400 mil sin explicación alguna. ¿Se dobló el público objetivo –pasaportes especiales o diplomáticos- que necesitaba del documento? O ¿qué ocurrió para dicho incremento?

Más aún. El pasaporte electrónico en Cancillería debió haber sido igual al de Migraciones, cuyo proceso también fue accidentado y en el que ganara la buena pro el consorcio Imprimerie Nationale. Pero no fue así. Las medidas de seguridad no eran las mismas y la ingeniero Carina Estrada, contratada por Relaciones Exteriores, favoreció a una firma comercial socia de uno de los integrantes del consorcio ganador. Por eso fue denunciada penalmente en el Ministerio Público.

En el cuadro que publicamos se puede comprobar las diferencias enormes entre el costo del pasaporte electrónico en Migraciones y el de Cancillería. Si los proveedores, malos o deficientes, eran los mismos ¿por qué había tanta diferencia?

Público era que siendo los mismos proveedores, los costos en Cancillería debían haber sido menores porque no había necesidad de compra de software, hardware y habría sido más ahorrativo y económico que Relaciones Exteriores aprovechase a los mismos proveedores.

Todo esto fue público y descarado.

Por eso el ex Contralor General de la República, Edgar Alarcón, anunció el rosario de irregularidades encontradas en el proceso de pasaportes electrónicos de Cancillería y lo hizo ante el país en la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.

Ahora se nos dice que el proceso penal en que están denunciados quienes tienen la responsabilidad de las irregularidades y del sobreprecio de US$ 16 millones de dólares en Cancillería, es RESERVADO.

¿Cómo así puede ser “RESERVADO” lo que es un vulgar robo porque es imposible pensar que alguien o algunos, dejaron de beneficiarse con el sobreprecio?

¿Qué dicen los periodistas de investigación que con escasas excepciones no han otorgado estudio y análisis al caso de los pasaportes electrónicos?

¿Qué dicen los llamados politólogos y analistas sobre un asunto que tiene los ribetes clarísimos y descarados de aberración en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú?

¿Por qué callan los políticos? Sabemos de un esfuerzo escudriñador sobre el proceso del pasaporte electrónico y nos parece muy alentador el gesto. No podemos expresar igual felicidad porque el asunto es RESERVADO.

¿No es hora de entender que no puede ser RESERVADO o SECRETO cuando se trata del robo o asalto al dinero del contribuyente?

En los aeropuertos de todo el mundo, siempre hay tiendas Duty Free (exención de impuestos). Evitemos, por todos los medios, que alguien –los rateros- ubiquen un panel muy grande y vistoso que diga ominosamente así: Perú, Robbery Free (robo libre).

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30.11.2017

http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/sobreprecio-de-us-16-millones-descarado-y-p%C3%BAblico-%C2%BFproceso-penal-reservado