Por Herbert Mujica Rojas

Leí con alguna inquietud preocupada que algunos colegios "declinaban" participar en las movilizaciones -que eso son- por el aniversario patrio, el próximo 28 de julio. Pregunto sin ambages ¿es importante dejar a los escolares, hombres y mujeres, al margen de una fecha que puede marcar, con paso redoblado, presencia y protesta en las calles y como testimonio imborrable cuanto que cívico?

Que los jueces y magistrados, cuyos audios avergonzarían hasta a los fundadores de la República, sean prueba de sucios enjuagues pestilentes en que navegan semejantes descarados, son asuntos repudiables. Otra circunstancia muy distinta, es que los chicos y chicas, antes de su libre albedrío ciudadano para cuando tengan la edad legal, se abstengan de estar donde les corresponde: en sus ceremonias y desfiles.

Gústenos o no, a partir del 28 de julio de 1821, la fecha iniciática de la vida llamada independiente del Perú, reconoce un punto de partida. Un pueblo que no entiende la génesis de una parte de su historia, queda a merced o al vaivén que producen pillos redomados y delincuentes. ¿Por qué dejar la cancha libre a quienes no merecen ¡ni siquiera! el respeto más mínimo de ninguna especie? El que los escolares carezcan aún de la edad, no significa que no piensen o se indignen o que elaboren las más imaginativas creaciones para expresar su repudio a los cacos en la cosa pública.

¡Precisamente votar, no para elecciones sino por decencia y en condena a los miserables y con los pies, representa una ocasión inmejorable para que los escolares participen, como siempre, en los desfiles que recuerdan el 28 de julio! Por el contrario inducirlos a estar en casa o en cualquier otra actividad improductiva o no cívica, es alentar una clamorosa falta de ciudadanía, en momentos en que más se la necesita!

Los jóvenes escolares de hoy, serán mañana los personeros que en la cosa pública conducirán al país y ¡qué mejor que estar desde muy temprano en las calles demostrando su indignación contra los réprobos que hicieron de la política vil negociado culpable!

Esta vez las Fiestas Patrias pescan al Perú, como en muchas otras coyunturas, cual mudo testigo de abominables y muy sucios entresijos. A los chicos hay que enseñarles a protestar en buena ley, en las calles y los desfiles aniversarios son ocasiones extraordinarias.

Por lo menos es fundamental poner en entredicho los facilismos que irresponsables venden como "fórmulas mágicas" para sus vanidades o proyectos particulares. El destino de la Patria no está en recetas de "magos sociales", sino en la leal, clara y combativa presencia de los jóvenes en las calles.

¡Feliz 28 de julio y a la corrupción hay que aniquilarla!

24.07.2018