Por Herberth Cuba García

¿Se debe realizar el referéndum?

El mensaje del presidente Martín Vizcarra al Congreso de la República ha colocado al país frente a un dilema. Los teóricos de la estrategia política sostienen que la iniciativa se gana cuando se coloca al adversario en un dilema. Si consideramos esta estrategia, el Congreso quedaría acorralado solo entre dos alternativas: por un lado, llevar a cabo el referéndum aún a sabiendas que es insuficiente para resolver la crisis política; y por el otro no realizarlo, con la finalidad de evitar el zarandeo del pueblo contra la democracia. En ambos casos con gran costo político para el Congreso.

Algunos analistas políticos resaltan que la estrategia del presidente Vizcarra ha sido extraordinaria, porque ha jaqueado a la mayoría congresal. Sin embargo, el riesgo de una estrategia de este tipo es la polarización extrema, la falta de iniciativa y la desorganización social, con el riesgo de la irrupción de un supuesto contendiente afectado, en nombre del pueblo, que patee el tablero del juego democrático. Eso significa que el dilema creado por el presidente Vizcarra no es sólo para la mayoría del Congreso de la República, sino para el país.

El mensaje presidencial ha sido elaborado ex profeso para crear el dilema. El resto de las dos horas del discurso ha consistido en una retahíla inconexa de tareas administrativas y de inversión. El mensaje ha precisado que la corrupción del Poder Judicial también se extiende a la mayoría congresal: sin embargo, como si no fuera el centro y el origen de la mayor corrupción, ha dejado a salvo de cualquier intervención al Poder Ejecutivo. Por ello, la propuesta de reforma constitucional ha sido solo dirigida a esos dos poderes del Estado.

La omisión en el mensaje de las reformas pendientes en Salud y Educación, entre otras, ha tenido como finalidad resaltar el dilema para fortalecer la movilización social contra el Congreso de la República y el Poder Judicial. Sin embargo, el Ejecutivo aún no ha remitido al parlamento las iniciativas legislativas necesarias para la ejecución del referéndum, lo que evidencia que solo se trató de una estrategia política para esconder otros temas. Aunque parece imposible ocultar que las penurias que aquejan a la gente provienen, en general, de la inacción o de la negligencia del Poder Ejecutivo.

La actual situación política requiere soluciones creativas, propias del pensamiento lateral. Tratar de resolver el dilema con soluciones convencionales solo ha de complicar y exacerbar el riesgo político del país. Algunas ideas han quedado claras: ninguna fuerza política puede modificar la Constitución por sí sola; por lo tanto, es necesario apelar a la voluntad popular a través del referéndum. El presidente Vizcarra, a menos que patee el tablero, tampoco puede hacerlo por sí solo. Los votos congresales para realizar el referéndum los tiene Fuerza popular, sin necesidad de alianzas. La elección de la última Mesa Directiva del Congreso ha puesto en evidencia que todas las minorías congresales juntas no logran los 66 votos necesarios para dicho fin. En esta circunstancia, el referéndum como mecanismo de modificación constitucional sirve a la mayoría congresal para evitar el oportunismo y el “chantaje” de los partidos políticos con representación congresal minoritaria. Además, la no reelección congresal perjudica a los partidos políticos pequeños, que solo sobreviven por el interés de sus promotores de contar con unas cuantas curules congresales.

Es curioso que a estas alturas sigamos creyendo que la “estrategia” del presidente es extraordinaria. Ha puesto en evidencia la fortaleza que tiene la mayoría congresal y el miedo frente a una verdadera modificación constitucional que mejore los mecanismos de elección popular. Por ejemplo, a través de la disminución de la valla del 50% a 35% o 40%, para la realización de la segunda vuelta electoral, con la finalidad de evitar que los futuros presidentes con baja votación en primera vuelta ganen en la segunda y luego enfrenten durante su mandato a mayorías adversas en el Congreso de la República, lo que dificulta la gobernabilidad.

Tal vez exista la creencia de que el partido político más votado del país, en la anterior elección, se afecte con el referéndum; más aún, que la negativa o aceptación de los cambios constitucionales propuestos lo vayan a perjudicar. Grave error, es al contrario. Cuenta con los votos suficientes para elaborar las propuestas. Además, el resultado de los cambios, cualquiera que sean, serán asumidos por el Gobierno del presidente Vizcarra.

El dilema político presentado por el presidente como “gran estrategia”, con el transcurrir de los días, si se respeta el estado de derecho, fortalecerá al Congreso de la República. Tanto en sus funciones legislativas como de representación y fiscalización. A ella podría sumarse una nueva función explícita: la constituyente.

 

03 de agosto del 2018
Asociación Médica Peruana