Por Raúl Allain (*)
Somos un país en crisis. El debate sobre la identidad de la nación peruana tiene que buscar asidero en nuestra complejidad y diversidad, para salir del caos circundante y asumir con firmeza nuestra pluriculturalidad y así dejar de ser un país fragmentario.
En el Perú se hablan cuarenta y siete lenguas indígenas, la mayoría de ellas en la Amazonía y varias en proceso de extinción. A pesar de que el quechua y el aimara ahora están en una posición privilegiada (Google y las empresas telefónicas ofrecen sus servicios en estas lenguas), las naciones amazónicas son todavía invisibles para el “Perú oficial”.
A pesar del ímpetu del Estado y el Minedu por desarrollar la educación intercultural bilingüe, continuamos siendo un país dividido. En la actualidad discutimos acerca de cómo controlar la oleada migratoria, empero no debemos olvidar que a partir de la década del cincuenta se inició una gran migración andina hacia la costa, que al principio fue satanizada pero que finalmente reconfiguró a la Lima de hoy.
¿Qué significa ser peruano? Tal como lo he planteado en mi ensayo Sobre la peruanidad…, aún no culminamos el proceso histórico de síntesis para perfilar nuestra identidad nacional. A todas luces, nuestra noción de ciudadanía es imperfecta, porque se percibe una civilización actual inmovilizada y condenada por la mediocridad del uso de los mass media, con sus frutos de alienación y deshumanización, de por sí obscura.
De este modo, circulamos —en condición práctica de individuos— por calles concéntricas, comunales, barriales, de “cono a cono”, pero a la vez transitamos por una realidad artificial: cibernautas alienados por la actividad electromagnética deshumanizante, debido a la circunspección del Estado que promueve la chismografía cotidiana que aqueja al ciudadano peruano de a pie.
Detrás de aquellos “grandiosos idearios”, pareciera que nuestra sociedad solo se ha dejado llevar por una estrategia seudopolítica condicionada a lo que hoy ya parece una nefasta secta que solamente busca el poder para enriquecerse, dejando de lado el proyecto de país que necesitamos.
Pienso que un diagnóstico científico social del Perú debe apuntar a trascender más allá de la estadística delictiva, para comenzar a solucionar la degradación deshumanizante de los últimos tiempos.
(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro.
Expreso, 23-08-2018
Raúl Alfonso Allain Vega. Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director del sello independiente Río Negro.