Por Herbert Mujica Rojas

Tomando en cuenta esos vanos esfuerzos de los integrantes de una llamada célula parlamentaria, integrada por veteranos reeleccionistas cuya tarea fundamental consiste en hacer el ridículo todos los días y desde hace años y que le atribuyen virtudes de “honestidad y transparencia” de que usted no es dueño, como ha demostrado por décadas;

Ratificando su pionero dicho que “en política no hay casualidades”, frase ilustre que se condice con su comportamiento en todas partes, deshonrando siempre la lealtad y limpieza y en cambio impulsando la zancadilla, el chantaje, la estafa y la deshonra y como miembro Honoris Causa del glorioso Sindicato de Narcoindultados;

Agradeciendo a los numerosos jueces, fiscales, periodistas, burócratas, empleados públicos que forman parte de su muy eficiente red de corrupción que impiden, tanto aquí como en el exterior, que sea llevado del pescuezo tras las rejas donde padecen aún muchos de nuestros asociados;

Reivindicando su vocación sin escrúpulos de servirse de todos y de cuántos recursos estén a su alcance para beneficiarse en infinidad de modos posibles, afirmando su identidad rapaz del más alto nivel;

Felicitando su acción liberadora que permitió que dejáramos muy en alto el nombre del país al incrementar nuestras exportaciones de un producto no tradicional como la cocaína que facilitó el ingreso de divisas a los bolsillos de muchos sinverguenzas, descarados y mediocres a quienes se compró a muy buen precio para seguir el crimen de cuello blanco en nuestras sociedades;

Recordando sus aproximaciones pioneras a elementos del narcotráfico a partir de 1980 y que contribuyeran a sus campañas políticas y que transparentan una acción democratizante para incorporar a los trabajadores de esta actividad económica en la vida cotidiana del país;

Congratulando su valentía para no negar sus aproximaciones a cuanto acto delictuoso ocurra en las más altas esferas demostrando así una constancia ejemplar que las nuevas hornadas de cacos imitarán con miras a la consecución de sus fines comerciales;

Acordamos:

Burlarnos de los esfuerzos de la justicia legal para involucrarle en procesos penales que a nuestro modo de ver, contribuyen muy mucho a la dinamización de la economía nacional; censuramos, además, los cánticos sobre moral y comportamiento que aparecen en los discursos, temas que nos causan risa a diario. Dicho lo expresado, confirmamos nuestro pleno respaldo y satisfacción por su desempeño al frente, desde el poder y desde la tribuna académica y política, en pro del delito. Nunca, ningún sistema legal podrá probarle las “faltas” que le atribuyen y el aceite usado para facilitar el mejor funcionamiento de los juzgados y tribunales, ha sido de muy alta calidad. Por eso puede usted afirmar que “otros roban, yo no”.

 

09.11.2018