Por Raúl Allain (*)
Hace treinta años el Perú se desangraba por la locura insana del terrorismo y el caos de la economía y la hiperinflación. Pero gracias al trabajo y el esfuerzo de los peruanos “de a pie”, dimos el salto hacia adelante y pasamos a ser –repito, por el mérito de los peruanos– uno de los países con el crecimiento económico más sostenido en Latinoamérica, a punto de que a este fenómeno se le bautizó a nivel mundial como el “milagro peruano”.
Basta apreciar el “boom” de la construcción, el auge comercial, el desarrollo minero, la versatilidad de la industria textil, las exportaciones no tradicionales, el liderazgo de agroexportación de café, cacao y palta orgánicos, hasta el despegue de la gastronomía, la literatura y del cine peruanos, para comprender que el Perú empezó a encontrar el camino.
Pero no todo es color de rosa. La otra cara de la medalla es corrupción política, crisis de la educación (somos últimos en comprensión lectora y razonamiento matemático), deficientes servicios de salud que no llegan a los más pobres y altos índices de violencia familiar.
Es penoso decirlo: la delincuencia no solo está en las calles a manos de vándalos a mano armada y bandas de secuestradores y asaltantes que usan armamento de guerra, sino que también hay otros males que, silenciosos como un cáncer que hace metástasis, se enquistan en las células enfermas de nuestras instituciones: la corrupción y el narcotráfico.
No estamos en el apocalipsis, pero es paradójico que el Perú, a quien muchos toman como un ejemplo de país emergente, sea también el reino de la mentira institucionalizada y de los delincuentes de cuello y corbata, que se disfrazan de padres de la patria y hasta se aferran a su inmunidad parlamentaria para evitar dar cuenta de sus delitos.
Si no ponemos en práctica reformas profundas, si no apostamos por un cambio radical de actitud (una auténtica “revolución moral e institucional”) para mejorar la educación y la salud, si no se corta de raíz la corrupción, si no mandamos a la cárcel a los corruptos, el Perú jamás será un país viable.
(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro.
Expreso, Lima 14-03-2019
Raúl Alfonso Allain Vega. Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director del sello independiente Río Negro.