Por Herbert Mujica Rojas-Jesús Guzmán Gallardo
Escribieron con potente razón Américo Zambrano y Rebeca Diz de la Revista Hildebrandt en sus trece en su edición del 19 de los corrientes:
“La bala en la sien derecha del dos veces ex Presidente Alan García Pérez tenía nombre: Jorge Simoes Barata. El ex director de Odebrecht en el Perú fue el hombre que proporcionó la información sobre los cuatro millones de dólares al ex secretario de García, Luis Nava Guibert, a través de la “Caja 2” de la constructora. El miércoles 17 de abril, cuando el fiscal tocó la puerta de su casa, García sabía que su suerte estaba echada”.
Sombras documentales y cifras y datos amenazan con aparecer en los días y semanas que vienen y todas ellas apuntan a establecer responsabilidades que debieron ser afrontadas en un juicio con el debido proceso pero, sobre todo, entereza. Cuando la comisión de los latrocinios sus protagonistas estaban llenos de vida, juventud y picardía. ¿Por qué no guardaron coherencia hasta el final?
Los cacareos y bufidos de ex empleados y ex embajadores pretendiendo convertir la pusilanimidad en gesta heroica u honrosa caminan por el ridículo más soez. Pocas veces ha contemplado Perú tanta desverguenza en adláteres, validos, compinches y mediocres.
Una inferencia irrebatible que debe estudiarse y ejecutarse es que en la reconstrucción del Apra, si eso es aún posible, NO PUEDE PARTICIPAR ¡ninguno de los corresponsables de la destrucción moral y política cuanto que ideológica y programática del Partido! Los buitres ya empezaron a arrancharse a dentelladas los resabios y pugnan ante sus miedos de comunicación para aparecer como los de relevo. Repitamos: todos ellos fueron compañeros de ruta, beneficiarios de negocios sucios y carecen de cualquier estatura ética!
Los apristas del Perú debieran contemplar, ante la inexistencia de autoridades legalmente reconocidas, la formación de Comandos de Acción que preparen un Congreso Nacional, limpio y sin maquinarias delictivas. Más aún, tienen que expulsar a los representantes del viejo régimen corrupto que está enquistado en Alfonso Ugarte desde hace más de 35 años. En todo el país.
Esos Comandos de Acción sin ridículas y muy sospechosas concesiones de “participación crítica”, tendrían que impulsar nuevas dirigencias y una moratoria electoral hasta el 2026 para probar ante la población que el Apra volvió a sus raíces y declinó el vergonzoso camino electorero. No obstante, sí hay que comprender la formación de un gran Frente Democrático para pelear junto a otras fuerzas contra la derecha empresarial y que demanda reflexión y humildad para entender claramente las opciones del 2021 en una alianza cívica enorme.
Toca a los jóvenes el turno de limpieza radical en el Apra. ¿Serán capaces de comprender que el aprismo es mucho más que lo que mal aprendieron en los tres decenios últimos y que consiste en coimas, conveniencias, malas artes, zancadillas, individualismo a troche y moche, grisura intelectual, acriticismo bien pagado? ¿Y quiénes fueron los responsables de este ramillete de felonías? ¿No son las aves de rapiña que pugnan por espacios y figuración pública?
Los mayores deben servir sólo como soporte y experiencia. Pero con limpieza y sobriedad, carentes de todo lo que mostraron los pillos al lado del que se fue sin honra ni hombría para huir de sus responsabilidades.
Escuela para la vida, el aprismo genuino, tiene que levantar sus banderas rebeldes para la procura de una reivindicación, de repente la última, del viejo y glorioso Partido que alguna vez fuera clarín y trompeta de las protestas y guión fundamental del quehacer político y revolucionario del Perú.
21.04.2019