Por David Auris Villegas*

Aunque Ud., no lo crea, estamos de fiesta americana y hay mucho por celebrar y novedosas jornadas que afrontar como países, centrándonos en la educación discutida a nivel planetario, olvidando que es fruto del sistema educativo sórdido o bien intencionado como demuestra la azarosa vida del continente.

América exhibe un sistema educativo complejo, con estudiantes competentes e ineptos para resolver problemas cotidianos de identidad, convivencia, ciencia, tecnología, creatividad, paradójicas horas de estudios, docencia con salario heterogéneo y un presupuesto disparejo bajo políticas educativas risiblemente cooperador.

Insólitamente en plena globalización, el sistema educativo de la región, está erigiendo países aislados por absurdas fronteras pedagógicas, dando al traste la cohesión de la unión americana y el desarrollo sostenido, oscureciendo el destino de un solo continente.

La OEA, institucionalizada en 1890 con sede en Washington, logró consolidarse en 1948 y desde 1931 celebramos cada 14 de abril en todo el continente. Su misión es cultivar la paz, democracia, derechos humanos, buena vecindad, erradicar la pobreza, seguridad, soberanía y desarrollo sostenido, entonces: ¿Por qué solo EU y Canadá están logrando estos objetivos?, ¿Qué de los Sudamericanos?, ¿Cuál es el rol de la educación?.

América anglosajona persigue una línea de educación pragmática competitiva, altos recursos económicos y estudiantes cognitivos para producir conocimientos y tecnología, en un contexto de espinosa convivencia, y tolerancia hacia los latinos, con una docencia altamente cognitiva y regularmente valorados, navegando en propuestas y soluciones, viven de espaldas a la ética de compartir sus logros.

América Latina embelesado en lo diagnóstico, ostenta una educación heterogénea y sobrevalorada, con estudiantes alejados de asuntos diarios, limitada creatividad, escasa producción de conocimientos, cuantiosas clases teóricas, menos práctica y una docencia despreciada con salario irrisorio y un presupuesto limitado dentro de un sistema educativo de espaldas a la tecnología, la ciencia y la ética coincidiendo con informes de la UNESCO de 2018.

Asimismo el sistema educativo estadounidense educa pragmáticamente para norteamericanizar a sus habitantes y erguirse como la supremacía desarrollada, destinada a liderar el planeta en base a la ciencia y tecnología, apropiándose la denominación, “americano”, distinguiendo ingratamente de su patio trasero, América Latina, de acuerdo a la doctrina Monroe.

En tanto el sistema educativo latino individualista asaltado por “amiguismos”, educa para sudamericanizar, alejándose de la cohesión americana, incapaz de tender puentes de cooperación sostenida y generar ciencia, mentalizan subrepticiamente a sus ciudadanos considerando al país del norte, (EU), como el sueño americano sin importar nuestra identidad.

Ante esta coyuntura, la transferencia tecnológica y movilidad de científicos e investigadores y convenios educativos a nivel regional no se hace realidad a pesar de algunos esfuerzos aislados de Chile, Brasil y Argentina, debido al patrioterismo de frontera y gobiernos populistas que, absurdamente protegen su “identidad nacional” cuando habitamos un espacio gobernados por la virtualidad y la necesaria cooperación internacional, empujándonos a intercambiar materias primas por tecnología anclado en la educación como pilar de desarrollo.

Incapaz de una política educativa regional sostenida, folclóricamente cada país, esgrime ciego a la ciencia, promesas como la meritocracia que no es otra cosa que acumular papeles para asegurarse un puesto, ya que escasamente existen productos latinos de exportación gracias a esa meritocracia presumidos en grados académicos sobrevalorados.

El sistema educativo centralista con mayor énfasis en Latinoamérica como prueba nuestro subdesarrollo, aún no desarrolla un currículo equitativo que permita la libre circulación de estudiantes en todos los niveles de educación, invitando a los docentes, romper paradigmas gracias a sus propuestas de solución a la problemática educativa cooperante.

De tal manera, el corrupto y sobrecosteado sistema educativo latino, lejos de imitar y superar la educación anglosajona, aún rinde culto a la personalidad, la publicidad política y una cuantiosa teoría indigestante, olvida educar para construir instituciones sólidas apegadas a la ley, que arremeta contra la corrupción imperante.

Sin embargo el sistema educativo en la región americana presenta gestos y esfuerzos para caminar juntos como los proyectos de la OEA, PNUD, UNESCO, diversos observatorios, congresos, el Proyecto Zero de Harvard y las becas a brillantes estudiantes latinos, así como Chile, no requiere VISA para viajar a EEUU y Canadá, facilitando el desplazamiento de académicos y estudiantes.

Siendo la educación, componente del IDH, hagamos de ésta, instrumento de unión americana, nivelando contenidos curriculares y convenios, para el desplazamiento libre de estudiantes, profesores, académicos, científicos y generar aprendizajes novedosos, centrados en la producción y adecuado uso de conocimientos científicos, basado en la solidaridad ética y transferencia de tecnología asistida, bajo el marco de un sistema educativo fiable, apuntando construir una institución similar a la Unión europea, haciendo de este continente una sola gran isla americana.

 

* Escritor y pedagogo
https://orcid.org/0000-0002-8478-6738