La política también va en automático
Por Desco
Como era previsible, el discurso del Presidente ante el Congreso de la República el 28 de julio, no trajo mayores sorpresas. Su presentación, mostró una vez más su resistencia a la autocrítica y su dificultad para atender los malestares que la calle y las encuestas, a las que es tan afecto, evidenciaron las últimas semanas. Cierto es que hubo una pálida mención a los errores de su gestión y a las eventuales dificultades del crecimiento del país, en un escenario global que ya lo está impactando y que genera importante incertidumbre, que también tuvo que reconocer. Sin embargo, ese tono desapareció ante el aluvión de números y datos que buscaban demostrar el éxito de su gestión en el modelo con el que básicamente ratificó su compromiso.