Cancillería: desastrosa conducción
Herbert Mujica Rojas
Pocas veces en la historia del Perú se ha tenido como titular de la Cancillería a una persona con tan notoria opacidad de luces de toda estirpe: profesional, intelectual, diplomática. Tres son los álgidos problemas que afronta la ministra Ana María Sánchez, a saber: el eterno tema de los ascensos por amiguismo y no calidades; la asimetría de los bonos de estipendios al personal del servicio y el consabido ridículo de Perú ante la Comunidad Europea por carecer de pasaporte electrónico.