Recuerdo que hace algún tiempo, un inspector de policía de un país centroeuropeo cuyo nombre prefiero no recordar, se conmovió al descubrir en los medios de comunicación, junto a su nombre, la mención el ilustre desconocido. Desconocido sí, en el horizonte político de un país que descartaba a quienes nada tenían que ver con las quinielas electorales, con las aspiraciones de una persona de a pie del selecto mundo de los gobernantes.
Ley Pulpín: De la protesta a la propuesta
Claudia Cisneros
Lo dijo hace más de 300 años John Locke, padre del liberalismo moderno. Cuando el gobierno deja de proteger a los individuos que le han cedido su poder por el bien común, el pacto entre ciudadano y Estado se quiebra y el Estado pierde legitimidad. Entonces, los gobernados no solo tienen el derecho sino el deber de rebelarse. (Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, Cap.XIX).