La última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos, nos retorna a la normalidad de meses anteriores. Sin embargo, aunque nos muestra más de lo mismo, trae algunas pequeñas «sorpresas» que no dejan de dar cuenta de nuestro deterioro permanente. La aprobación presidencial, pasado el efecto de su nueva estrategia —Consejos de Ministros descentralizados, viajes de campaña permanente, ministros que juegan a defensas centrales y reuniones varias con distintas organizaciones sociales, reales y de ocasión—, parece que volvió al descenso sistemático. Su respaldo cayó 4 puntos, a 25% y la desaprobación de su gestión se incrementó en 2 puntos, ascendiendo a 65%. Esta situación es unánime y se repite en el medio urbano y rural, en las distintas macrozonas —el sur incluido donde cae 10 puntos—, así como en todos los niveles socioeconómicos. Curiosamente, por primera vez desde el inicio de su gobierno, su primer ministro, Aníbal Torres, lo supera con una aprobación de 27% y un rechazo de 60%, quizá como premio a su silencio las últimas semanas. La desaprobación del Congreso de la República, por su parte, aunque desciende ligeramente, se ubica en un mayoritario 84%. Aparentemente se ha detenido la tendencia decreciente que registraba desde marzo del presente año.