Por Alfredo Palacios Dongo
Los pasados días 6 y 7 se realizó en nuestra capital el X Congreso Internacional de Prevención del Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (PLA-2018) para buscar fortalecer en los países la metodología para prevención y gestión del riesgo de este delito, cuya gravedad consiste en su poder corruptor, que encubre dinero, bienes, efectos o ganancias ilícitas o ilegales haciéndolos aparentar como legales. En nuestro país este delito muestra preocupante incremento generando peligrosos efectos perturbadores a la gobernabilidad y la estabilidad económica nacional. Según el superintendente adjunto de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Sergio Espinoza, en 2017 se acumularon más de 11,000 Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS), 55% más que en 2014 (6,000 ROS), principalmente de sectores con poca o nula supervisión (mercado inmobiliario, comercio exterior, cooperativas, entre otros), con dinero procedente del narcotráfico, corrupción y delitos ambientales (minería y tala ilegal).