Rememorando el pasado sangriento de la Fujidictadura
Rigoberto García Ortega
Como ayacuchano que soy y vivió los años violentos de la dictadura de Fujimori-Montesinos, aquí en nuestra tierra, sin haberme ido nunca a ninguna otra a ponerme a buen recaudo, corriéndome de los horrores de la guerra, tengo autoridad moral para afirmar que es una verdad y un hecho real que las peores vejaciones, torturas, persecuciones, secuestros, desapariciones, asesinatos y actos salvajes inimaginables contra un ser humano, entre ellos niños y niñas, mujeres embarazadas, adultos y ancianos de ambos sexos, perpetrado por las bandas criminales de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, y los provenientes de las acciones irracionales de Sendero Luminoso, ocurrieron principalmente en Ayacucho. Si bien es cierto que durante los 20 años de violencia las flagrantes violaciones a los derechos humanos ocurrieron asimismo en el resto del país, fue en esta región que se dieron los casos más execrables de genocidio: tanto en la ciudad como en el campo.