El país inició la semana en modo preocupación y angustia. Los primeros resultados de las elecciones presidenciales del 11 de abril no dejaban mucho espacio para la duda. La segunda vuelta, ratificando las tendencias que mostraron distintas encuestas a lo largo de la última semana, incluso cuando estaba prohibida su difusión, sería entre Pedro Castillo de Perú Libre y Keiko Fujimori de Fuerza Popular, tras tres meses de campaña donde la volatilidad de la intención del voto fue una constante. Los comicios, hay que recordarlo, se llevaron adelante en un contexto de pandemia y enfermedad que luce sin control. En la semana previa a la votación, el gobierno anunció el cambio de su estrategia de vacunación ante el naufragio evidente de la que estaba en curso; más tarde, el 10 de abril se denunciaba la muerte de 12 pacientes en el hospital II de Talara porque el isotanque de oxígeno se quedó vacío, mientras el día previo a la elección se registraron 384 muertos, el número más alto desde que aquella asomara en nuestras tierras.
|
|