Modesto Montoya*
Desde los años 90 en el mundo corre la ola privatizadora de las funciones del Estado. Lo ideal parecería ser un Estado que capte recursos y se los entregue a instituciones privadas para que se ocupen de todo lo que sea posible. Los temas de ciencia y tecnología no están excluidos de este esquema. Siendo así, veamos algunas ideas que pueden servir para borrar progresivamente los rastros de investigación estatal y abrir camino a la deseada privatización.
Un primer paso es eliminar la necesidad de hacer tesis1 para optar por el título profesional universitario. Así no habrá gente capaz de investigar. También inventar doctorados que no garantizan capacidad de investigar. Si alguna vez necesitas, los traes del extranjero solo para fines específicos.
Hay dinero del canon minero para investigación en las universidades públicas. Una norma ideal para que ese dinero fluya hacia la caja de las empresas privadas es que autorice las construcciones de edificios, facilite las compras de equipos y prohíba remuneraciones y retribuciones para los investigadores.
El estado provee fondos concursables para la investigación, la ciencia y la innovación. Para reducir el número de competidores de las universidades públicas, basta con establecer reglamentos de evaluación docente minimizando el peso de las publicaciones2 en revistas internacionales indizadas o el de las patentes.
Para que a los investigadores de los organismos públicos se les baje el entusiasmo por la investigación, basta con prohibir los ascensos en sus correspondientes niveles remunerativos3. Y para evitar olas de nuevos investigadores que podrían venir entusiastas, basta con prohibir la incorporación de nueva gente al estado que no sea militar, policía, diplomático, juez o penitenciario. ¡Todo menos investigadores científicos y tecnológicos!
Para poner trabas a la colaboración entre organismos públicos de investigación que se les ocurra presentar proyectos conjuntos, hay que mantenerlos desperdigados, desarticulados en ministerios diferentes, sin un ministerio que podría debilitar el plan privatizador.
Disminuida la competencia de las universidades e instituciones públicas, los concursos serán mayormente entre empresas privadas. No faltan los apóstoles, pero no serán en número significativo que cambien el sentido del plan.
Los primeros resultados serán instituciones del estado improductivas. Mejor, eso servirá como argumento para intensificar y consolidar la privatización de la ciencia y la tecnología. ¡No hay pierde!
* Físico Nuclear, Coordinador Nacional de Encuentro Científico Internacional (ECI).
La Primera, Lima 21-01-2013
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1 En la mayoría de universidades del Estado peruano, muy pocos de los que terminan sus estudios obtienen el título profesional elaborando tesis; o sea que no hacen investigación. Cuando estos profesionales llegan a ser catedráticos, no están en condiciones de asesorar tesis. Por eso en los casos en que el graduando se ve obligado a hacer tesis, tiene que mendigar el favor de algún profesor que acepte asesorarlo. [Nota de Con nuestro Perú.]
2 Para ascensos o ratificaciones, en las universidades más puntaje da el tener un cargo que la publicación de un artículo científico. Premio a los que vegetan. [Nota de Con nuestro Perú.]
3 La sociedad y el estado deben comprender que el investigador científico está en un nivel superior al del profesional común y corriente (médico, ingeniero, economista, etc.), que solo trabaja en el mantenimiento del sistema, mientras que el investigador crea ciencia, resuelve problemas, produce ahorro, adelanto y riquezas. Por eso, corresponde a los investigadores científicos una escala salarial notoriamente diferente del resto de profesionales al servicio del estado. [Nota de Con nuestro Perú.]
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