Tras más de dos años de desarrollar diversos análisis e investigaciones, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) identificó en la sierra del Perú nuevas variedades de papa con resistencia genética a efectos del cambio climático, mejorando la competitividad del cultivo con el incremento de la producción.
El estudio fue realizado por el INIA, organismo técnico especializado del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), en las zonas altoandinas donde se encuentran las mayores áreas productoras de papa, vulnerables a alteraciones climatológicas, causadas por heladas, granizadas, sequías y alta incidencia de enfermedades como la rancha.
Así se dio a conocer durante el cierre del proyecto “Identificación de nuevas variedades de papa con resistencia genética a efectos de cambio climático en la Sierra Central del Perú”, cuyas actividades científicas se realizaron usando la metodología de investigación participativa en trabajo conjunto con productores y usuarios.
Noemí Zúñiga López, especialista del INIA y responsable del proyecto, explicó que uno de los principales logros es la reciente liberación de la papa “Shulay”, una variedad con calidad industrial para tiras (papa frita para pollerías) y resistencia a rancha.
“Dos genotipos o clones con resistencia genética a rancha y tolerancia a sequía y heladas, también se encuentran en proceso para ser propuestos como futuras nuevas variedades”, expresó la científica del INIA.
Zúñiga López indicó que durante las investigaciones se evaluaron 120 genotipos en zonas vulnerables hasta los 4,100 metros de altitud, estudiando su comportamiento frente a veranillos y heladas, de los cuales se han elegido el 42% con buenas características agronómicas, buena calidad en su sabor, textura, color, harinosidad y apariencia.
Añadió que se realizaron más de 1,000 cruzamientos con mejor calidad agronómica de resistencia a rancha y nematodo (quiste de la papa); tolerancia a sequía y heladas y calidad de fritura, de los cuales se han obtenido 121 familias que constituyen el nuevo material de mejoramiento genético de la papa.
Estos avances tecnológicos permiten al Programa Nacional de Raíces y Tuberosas del INIA, continuar con los trabajos de mejoramiento genético para identificar nuevas variedades y genotipos con mejor adaptación a los efectos adversos del cambio climático, reducir las pérdidas para mejorar la competitividad del cultivo con el incremento de la producción, el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria.
“Estas condiciones contribuyen a la mejora de la calidad de vida, especialmente de los pequeños productores y la agricultura familiar de las zonas altoandinas”, precisó finalmente la científica responsable del proyecto.