Un volcán de Rumania que se creía extinto, en realidad tiene bajo su superficia magma ebullente, según un informe publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters.

 

volcan Ciomadul lago Sfanta Ana

 

 

La vulcanología todavía tiene mucho por avanzar, pues la estructura y actividad de los volcanes no siempre responden a lo que hasta ahora se conocía.

Esta vez es el volcán Ciomadul, en Transilvania, cuyo cráter ahora es un lago, el Sfanta Ana. El coloso entró en erupción hace 30 mil años y ahora se ha determinado que su cámara contiene 58 kilómetros cúbicos de magma.

Aunque la presencia de magma no implica necesariamente erupción futura, el estudio llama la atención sobre los potenciales peligros de volcanes ignorados en todo el mundo, pues el magma es un indicio de que el volcán podría entrar en erupción en el futuro, indica National Geographic.

Analizando cómo rebotan las ondas sísmicas, investigadores anteriores detectaron indicios de un depósito de magma. Los análisis de la conductividad eléctrica bajo la superficie permitieron saber que hay una zona a una profundidad de entre 5 y 27 kilómetros más viscosa que sólida.

No obstante, no se sabía si la roca estaba derretida ni la cantidad de magma, por ello el equipo internacional liderado por el Mickael Laumonier, de la Universidad Clermont Auvergne (Francia), analizó las rocas dejadas por las erupciones del volcán en el pasado. El magma en el interior del volcán se enfría despacio formando cristales, algunos de los cuales se convierten en diminutos registradores mineralógicos, reflejando las condiciones en que se formaron. Por ejemplo, la clase de minerales conocida como anfíboles cambia su composición química en función de la temperatura y presión existente durante la cristalización.

Los investigadores combinaron estos datos geoquímicos con lo que conocían de las dimensiones del sistema volcánico, y realizaron simulaciones numéricas para determinar el ritmo de enfriamiento y establecieron que la roca de la corteza superior bajo el volcán está fundida al 15%, y en algunos lugares al 45 %.

Con un modelo basado en las mediciones de la conductividad eléctrica de las rocas de erupciones previas para diversas temperaturas, presiones y concentraciones de agua, interpretaron los datos del Ciomadul y obtuvieron resultados semejantes: un grado de fundición de 20% a 58%.

Los estudiosos indican que una erupción es posible si un volcán cuenta con roca fundida por encima un 45 %. Con proporciones menores, el sistema está detenido por cristales y no puede erupcionar, precisó Michael Ackerson, geólogo del Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural (EE.UU.).

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