El volcán Bogoslof, sumergido en parte en la isla del mismo nombre en Alaska, en el arco de las Islas Aletutianas, despide burbujas tan grandes como 426 metros, debido a su actividad, que despide gases calientes que se enfrían en las aguas heladas.
Los científicos del Servicio Geológico de los Estados Unidos descubrieron en 2017 en la isla Bogoslof que n volcán que expele burbujas explosivas de gas de tamaño gigantesco, mayores que un campo de fútbol, informa Nature Geoscience.
El Bogoslof se encuentra en la cima de un estratovolcán submarino ubicado en el extremo sur del mar de Bering. El volcán, que mide unos 1.828 metros de altura, se encuentra sumergido bajo el agua en su mayor parte, por lo que apenas sobresale unos 90 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto.
El volcán no expulsa lava ni otros materiales, sino que libera sustancias a unos 97 metros bajo el nivel del mar. Las embarcaciones que pasan cerca de ese lugar descubrieron las burbujas gigantes, que crean explosiones violentas alrededor de la superficie del mar. Los científicos creen que el fenómeno se produce cuando el agua enfría rápidamente el magma cuando sale de las aberturas submarinas.
John Lyons, quien dirige alos investigadores, señala que desplegaron a 60 kilómetros al sur del volcán submarino micrófonos de baja frecuencia que detectan "infrasonidos" en el océano con el objetivo de examinar el estallido de las burbujas. Durante nueve meses de observaciones registraron más de 70 erupciones.
Los resultados indican que el infrasonido se origina por la oscilación y ruptura de las burbujas magmáticas de gas que se formaron inicialmente en las aberturas sumergidas, pero que crecieron y explotaron sobre el nivel del mar", reza el estudio, que asegura que presenta "un registro geofísico único" de este fenómeno. Asimismo, detalla que estas burbujas ompuestas de vapor de agua, dióxido de carbono o dióxido de azufre, que pueden medir hasta 426 metros de diámetro, informa el portal alemán Scinexx.