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El exterminio de los jubilados

 

Sergio García Quintero*

Ante la inminencia de que en los próximos días se promulgue la Ley de Reformas a la Ley Orgánica del INSS1, lo que pareciera que ya es indetenible, considero que, aunque tarde, aún vale la pena que los sectores económicos y sociales aporten a lo menos algunos asteriscos al texto de la misma, en el ejercicio del derecho elemental e irrenunciable y de la obligación que tienen para nuestro pueblo, de luchar a favor de la justicia que lo ampare en esta crítica situación en que vive actualmente.

Si bien la realidad política que sustenta el ilegítimo gobierno de Daniel Ortega y el sector empresarial2, que para todos los efectos legales actúa como simple apéndice, dejan muy poco espacio a la esperanza de mejorar las cosas que causan sufrimientos inmerecidos a los trabajadores. Aún hay tiempo para dejar sentadas las siguientes desgraciadas premisas en relación a la seguridad social que aún persisten y que deberían ser erradicadas de manera absoluta y para siempre:

1) Que el Seguro Social es patrimonio de los trabajadores3 y que, en cualquier país civilizado, “la Ley de Seguridad Social es la más importante después de la Constitución”, tal como lo afirmó en El Nuevo Diario el docto en esta materia, Manuel Israel Ruiz;

2) Que el Consejo Directivo del INSS debe ser nombrado por la Asamblea Nacional a propuesta de los trabajadores y empleadores, asistidos por el Estado, y no por el presidente de turno, cuyo periodo de gobierno podría perpetuarse como se viene haciendo hasta hoy;

3) Que las inversiones del INSS se hagan con impecable transparencia porque hay muchas tentaciones y mucho dinero en juego4 (más de catorce mil millones de córdobas);

4) Que el presidente Ortega pague al INSS los seiscientos millones de dólares que su gobierno es en deberle;

5) Que el INSS deje de pagar los noventa millones de dólares anuales a las empresas médicas previsionales5 por la pésima atención que ofrece a los asegurados y, además, porque el INSS no debe “negociar” con empresas que operan fuera de la ley.

Además de las graves irregularidades señaladas, deben agregarse las que en un caldo delincuencial ya se están cocinando: 1) Incrementar la cotización obligatoria del trabajador; 2) Aumentar la edad (hasta los 65 años), para que los trabajadores puedan tener derecho a jubilarse; 3) Elevar de 750 a 1500 el número de cotizaciones, lo que sumado a los 65 años de edad habilitarán a los trabajadores para poder reclamar su derecho a la jubilación por vejez. A ese respecto, cabe reflexionar que después de haberse intentado durante los últimos 30 años mejorar la Ley Orgánica del INSS para proteger a los trabajadores, ahora se descubren en las reformas puntos perturbadores para la paz social. De una vez por todas, y para su propio bien, el INSS debe cambiar su arrogante postura de capataz, que considera mendigos a los jubilados de la tercera edad, a quienes se les da un trato pésimo en todos los órdenes, en especial en lo que hace a la salud, para asumir su real papel de institución de servicio de los trabajadores, a los que tiene que reconocer los derechos que le asisten para exigir un trato mejor.

Hasta ahora, el INSS ha venido viendo con manifiesta preocupación los avances técnicos de la Medicina en general, que logran día a día la prolongación de las posibilidades de vida, lo que contrasta con sus estrategias de aumentar los años de trabajo y cotizaciones, que sumado al hecho de la premeditada actitud de escamotearle las medicinas prescritas para su subsistencia, los lleva prontamente a su muerte para satisfacción del INSS, que persigue que la mayor mortalidad6 de los jubilados aumente su reserva monetaria, y poder ir economizando sus gastos en atención médica.

El fruto de ese latrocinio7 aumentará el caudal de esa caja chica de la que el gobierno, con la complicidad de los directivos del INSS, podrá seguir abusando a su antojo8. La delincuencial estrategia señalada, que no es otra cosa que la “solución final” que puso en práctica la Alemania nazi a través de Heinrich Himmler, podría llevar al INSS y al gobierno de Ortega a ser considerados promotores del plan de exterminio de los jubilados de la tercera edad9.

Lo que expongo es con fundamento en lo que dispone el Estatuto de Roma, en el acápite h) del artículo 7, que sindica entre los delitos de lesa humanidad, entre otros, los procedimientos inhumanos que causen intencionalmente grandes sufrimientos contra la integridad fisca o salud física o mental de un grupo o colectividad; también se refiere a este delito el acápite b, inciso 2 del artículo 7 de ese mismo cuerpo legal, que, a la letra dice: El exterminio comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, la privación del acceso a medicinas, encaminada a causar la destrucción de parte de una población.

La vida de los niños y de los jubilados por vejez constituye lo más importante de una población; proteger del exterminio a esos sectores indefensos es la primordial obligación del Estado.

* Abogado.

El Nuevo Diario.com.ni, Managua 02-03-2013

http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/279253-exterminio-de-jubilados

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1 Siglas de Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.

2 Como en el Perú, los políticos y los empresarios se confabulan para lograr la destrucción física del pueblo. Por eso es correcto, en el caso de nuestro país, responsabilizar a políticos peruanos corruptos e incapaces y a empresarios peruanos corruptos e incapaces. [Nota de Con nuestro Perú.]

3 En EsSalud hay representante de los trabajadores, que nada hace para mejorar las cosas o denunciar. [Nota de Con nuestro Perú.]

4 Pese a existir una enorme cantidad de dinero de los trabajadores, los jefes de EsSalud no adquieren equipos modernos y así envían a los pacientes a clínicas o laboratorios particulares que se benefician y saben agradecer la desviación o derivación de los pacientes. [Nota de Con nuestro Perú.]

5 La más reciente fechoría de EsSalud se ha anunciado públicamente: para favorecer a diversas clínicas privadas, se suspendieron unas 10 mil operaciones, que ya no estarán a cargo de EsSalud (¡con operaciones de rutina no ganan los ladrones!) sino de clínicas en las que cada operación cuesta cuatro veces más que en EsSalud. [Nota de Con nuestro Perú.]

6 La denuncia más reciente de esta política asesina de EsSalud y del gobierno peruano es la que aparece el 01-03-2013 en el semanario limeño Hildebrandt en sus trece, con el título “Muerte lenta”, en la cual se ve cómo los médicos dejan morir a los jubilados postergando una y otra vez su atención. Por supuesto, muchas de estas personas mueren, tal como desean EsSalud y el gobierno que azuza a esta institución. [Nota de Con nuestro Perú.]

7 Efectivamente, todo el escamoteo para no atender a los pacientes o atenderlos mal es latrocinio, robo. [Nota de Con nuestro Perú.]

8 Parte de los abusos es el robo. En Nicaragua y en el Perú, al no atender a los pacientes o al negarles medicinas o tratamientos, el dinero no utilizado se roba, eso no es ahorro; y va en primer lugar a los bolsillos de los delincuentes de EsSalud que perpetran estos crímenes horrendos, y otro poco es para los políticos que han colocado a los ladrones que dirigen la seguridad social. [Nota de Con nuestro Perú.]

9 No solamente se maltrata a los ancianos, sino a gente de toda edad.

 

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