Monsanto, la gigante transnacional de transgénicos, cesa sus actividades de promoción de semillas genéticamente modificadas en Europa por el rechazo en este continente a sus engendros, según sostiene un representante de la sucursal alemana de la firma.
"Ya no trabajamos en la promoción de nuestros productos en Europa. Tampoco tenemos previsto solicitar permiso para la venta de nuevas plantas transgénicas en la región", declaró Brandon Mitchener en una entrevista para el diario berlinés Tageszeitung.
Mitchener explicó que la medida se tomó debido a la baja demanda de estos productos entre los campesinos europeos. "Nos dimos cuenta de que actualmente las semillas genéticamente modificadas no gozan de mucha popularidad" en Europa, dijo otra representante de la sucursal de Monsanto en Alemania, con sede en
Düsseldorf, Ursula Lüttmer-Ouazane, y precisó que en los últimos años la compañía no ha tenido mucho éxito en la promoción de sus productos en el continente europeo.
Según un portavoz del ministerio de Economía y Nuevas Tecnologías de Alemania, la decisión de la empresa no requiere comentarios, y recordó que es suficientemente conocido que el ministerio tiene una actitud crítica hacia la ingeniería genética.
Monsanto alega que sus semillas ayudan a incrementar considerablemente las cosechas y a reducir los costos de producción, pero las organizaciones ambientales locales advierten sobre "los riesgos imprevistos" de la aplicación generalizada de la ingeniería genética en el medio ambiente.
Reconocidos biólogos alertan que sólo los países con una agricultura diversificada, que no usan cultivos transgénicos y que tengan menor uso de plaguicidas, van a tener más posibilidades de supervivencia a largo plazo.