El fármaco oncológico bexarotene, comercializado como Targretin, del cual se dice que revierte la formación de placas en las células cerebrales, que conducen al mal de Alzheimer, es burla, por no tener ningún efecto contra ese mal según revela un estudio.
Al fármaco se le consideró una “maravilla” contra el Alzheimer, según un estudio publicado en 2012 en la revista Science, tras lo cual los científicos decían que era “demasiado bueno para ser cierto”. Ahora se demuestra que no sirve contra la demencia.
En la misma revista, científicos de la Universidad de Tubingen, Alemania, Universidad de Chicago, Northwestern University, Massachusetts General Hospital, y Washington University en St Louis, refutan las aseveraciones de 2012 concluyendo en que el fármaco no tiene ningún efecto en la placa de proteína amiloide, que entorpece las conexiones entre las células cerebrales, característica del mal de Alzheimer y la demencia.
Los investigadores modificaron genéticamente a ratones de laboratorio para que desarrollen la placa amiloide, pero ninguno de los investigadores pudo comprobar el efecto citado en 2012, que daba una reducción de 5% en tres días y 75% en dos semanas, pues el fármaco nada pudo hacer contra las placas.
Los estudiosos no sólo están decepcionados, sino preocupados por la salud de los pacientes.
El bexarotene se usa para tratar un tipo de cáncer de piel, pero con prescripción médica puede dársele otros usos.
Lo preocupante es que este medicamento nunca fue probado como tratamiento en humanos con Alzheimer y sus efectos secundarios incluyen dolores de cabeza, vómitos y problemas hepáticos, pese a lo cual pudo ser recetada a pedido de los pacientes contra el mal de Alzheimer.
Los investigadores demandaron el cese inmediato de estas recetas, por sus efectos secundarios y por no tener ningún beneficio contra el mal de Alzheimer.