Los pueblos indígenas que combaten la construcción de represas en varias partes del mundo expresan su solidaridad con el segundo aniversario de los bloqueos contra la represa de Baram, en Sarawak, Malasia. En los últimos dos años, los bloqueos lograron detener las obras de la represa de Baram, así como la construcción de un camino de acceso. La Cumbre Indígena Mundial sobre el Ambiente y los Ríos que se llevó a cabo en octubre de 2015 publicó una declaración que, entre otras cosas, denuncia el sufrimiento y la destrucción generalizados causados por las represas, pide que se detengan los proyectos en curso que están en conflicto con los grupos locales, y reclama que las represas no se presenten más como “climáticamente neutrales”.
Indígenas de todo el mundo que combaten las represas se reunieron el 23 de octubre de 2015 sobre las orillas del río Baram en Sarawak, un estado de Malasia en la isla de Borneo, para solidarizarse con quienes luchan contra el proyecto de la represa de Baram. Ese día, los dos bloqueos contra la represa de Baram celebraron su segundo aniversario. La represa de Baram sumergiría más de 400km2 de bosques y desplazaría hasta 20.000 indígenas, y todo eso por una electricidad que ni siquiera es necesaria: Sarawak ya tiene exceso de energía. Gracias a los bloqueos, las obras de construcción de la represa de Baram, así como el camino de acceso a las mismas, se han detenido por completo en los últimos dos años.
Delegaciones indígenas de Indonesia, Filipinas, Camboya, Brasil, Estados Unidos, Honduras, y de toda Malasia se reunieron en Sarawak para compartir sus experiencias, fortalecer los vínculos entre sus comunidades y elaborar una declaración común sobre las represas. El evento de una semana fue llamado Cumbre Mundial Indígena sobre el Ambiente y los Ríos (WISER, por su sigla en inglés) y fue organizado por SAVE Rivers, una red de los movimientos de base de Sarawak (1).
Baram para todos, todos para Baram
Los participantes de WISER visitaron varios lugares significativos de la resistencia contra la represa Baram, tales como los dos sitios donde se realiza el bloqueo y el sitio donde se proyecta instalar la represa. Peter Kallang, presidente de SAVE Rivers y anfitrión de WISER, explicó: “Nosotros, los de SAVE Rivers, quisimos que los participantes experimentaran nuestra cultura y vieran por sí mismos la belleza de nuestro río Baram, para que entiendan mejor lo que está en juego y por qué luchamos”.
En el sitio donde se propone instalar la represa, al que se llegó en barco, Peter Kallang contó una anécdota: “En 2012, la compañía eléctrica y constructora de la represa, Sarawak Energy, organizó un ritual indígena tradicional de oración en el sitio donde se proyecta construir la represa de Baram, para bendecir la construcción. Las comunidades locales reaccionaron de inmediato y con sus botes organizaron un desembarco en el sitio como protesta ante este uso indebido de nuestros rituales tradicionales. Ése fue un momento clave en la movilización contra la represa”.
La historia de la defensa del río Baram encarna el destino de numerosos grupos indígenas amenazados por las represas. La hondureña Berta Cáceres, ganadora del Premio Ambiental Goldman 2015 (2), quedó asombrada por las similitudes de las amenazas que enfrentan las comunidades y destacó la importancia de WISER: “Esta cumbre sobre los Pueblos Indígenas y los ríos tiene un valor especial; sus acciones fortalecen la resistencia histórica de nuestros pueblos y hace visible la gravedad de las agresiones y los conflictos generados por la privatización de los ríos y la construcción de represas dentro de comunidades y regiones indígenas”.
La declaración WISER Baram 2015
Se realizaron talleres en Tanjung Tepalit, una de los 26 poblados que quedarían inundadas por la represa de Baram. Los participantes discutieron sus motivaciones para luchar contra las represas, las dificultades de sus campañas así como estrategias exitosas de movilización y para avanzar en sus respectivas luchas.
James Nyurang, ex jefe de Tanjung Tepalit y anfitrión de la delegación internacional, piensa que la cumbre sirvió para fortalecer al pueblo Baram para que continúe su lucha: “La posibilidad de estar junto a todos los delegados compartiendo y discutiendo diversas estrategias para contrarrestar las dificultades que plantea la tarea de detener todas las represas innecesarias del mundo, me permitió aprender de la enorme experiencia de los delegados. Y con toda esa información confío que esas experiencias serán fundamentales para nosotros - el pueblo de Baram - y para nuestras estrategias para seguir luchando y detener la represa de Baram”.
Los debates culminaron con la adopción de una declaración sobre las represas y los derechos de los Pueblos Indígenas (WISER Baram 2015 Declaration on Dams and the Rights of Indigenous Peoples). La declaración da cuenta del sufrimiento y la destrucción generalizada causada por las represas. Se les pide a gobiernos, empresas e inversores que no continúen con los proyectos que no hayan obtenido el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades afectadas, que ratifiquen y apliquen la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), así como el Convenio 169 de la OIT, y que en los contextos rurales pongan en práctica alternativas de energías renovables en pequeña escala. La declaración también exige reparación para las comunidades que sufrieron como consecuencia de las represas, así como estudiar la posibilidad de eliminar las represas.
Los participantes enfatizan que ya no es posible presentar a las represas como climáticamente neutrales. Berta Cáceres, quien está en lucha contra la Represa Agua Zarca en Honduras, declaró en la conferencia de prensa final de WISER, en el pueblo de Miri: “Hacemos un fuerte llamado a la próxima Cumbre sobre el Cambio Climático a realizarse en París, a escuchar y respetar a los pueblos indígenas y a las alternativas al cambio climático que ofrecen nuestras comunidades”.
Las luchas y esperanzas
Todos los participantes comparten el sufrimiento causado por la pérdida de la cultura y las tradiciones, así como los entornos naturales de los que ellos y sus comunidades son parte, la exclusión en la toma de decisiones e incluso la criminalización y militarización.
Pero también hay historias de éxito: Kundy Doeam y Dinith Yoen, de Camboya, explicaron cómo llegaron a una moratoria sobre la represa de Arenga a principios de este año, después de una campaña intensiva con bloqueos y una campaña en bicicleta, entre otros. Sammy y John Luke Gensaw, de la tribu Yurok en California, Estados Unidos, explicaron que si bien las cuatro represas en el río Klamath todavía se mantienen en pie y amenazan al salmón, base del sustento de la tribu Yurok, el gobierno de Estados Unidos ha comenzado a desmantelar las represas en otros lugares. A partir de eso, los ecosistemas se están recuperando sorprendentemente rápido.
El pueblo de Baram también tiene cada vez más esperanzas de que finalmente se suspenda la construcción de la represa. En primer lugar, la resistencia ha crecido considerablemente y los bloqueos fueron eficaces en cuanto a detener el proyecto. En junio, Peter Kallang y Daniel Kammen, profesor de la Universidad de Berkeley, en California, se reunieron con el Ministro Principal de Sarawak, Adenan Satem, para discutir fuentes de energía alternativas a las represas. En septiembre, Adenan Satem anunció una moratoria a la represa de Baram.
Sin embargo, la historia de Daniela Da Silva sobre la represa de Belo Monte en la Amazonía brasileña nos recuerda la fragilidad del éxito. Daniela contó cómo a finales de 1980, las protestas generalizadas lograron frenar la represa Kararao, predecesora de Belo Monte. Pero más tarde el gobierno la resucitó y la rebautizó. Ni siquiera los numerosos fallos judiciales en contra del proyecto pudieron detener su finalización. Lamentablemente, a menudo algunos proyectos de represas que se presumen muertos son resucitados por gobiernos sin imaginación.
La declaración puede leerse en:
http://www.stop-corruption-dams.org/resources/wıser_baram_2015_declaration_signed.pdf
Anna Aeberli, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Bruno Manser Fund, www.bmf.ch/en
(1) SAVE Rivers fue fundada hace cuatro años como una red de comunidades para luchar contra al menos 12 represas propuestas por el gobierno de Sarawak. La represa de Baram pronto se convirtió en el proyecto más polémico del grupo.
(2) El Premio Ambiental Goldman premia a ecologistas de base y hace un reconocimiento a sus esfuerzos por proteger la naturaleza, a menudo corriendo grandes riesgos personales.
Fuente: World Rainforest Movement, noviembre 2015
Artículo relacionado
Megarepresas Río Grande I y II en el Marañón causarían alud 80 veces mayor que el de Yungay