Daño ambiental en Loreto. Sujetos ingresan con volquetes y depredan bancos de arena. Ya han ahuyentado a 300 especies de aves y roedores en estudio. En Huánuco, esta actividad ha desnaturalizado el cauce del río Huallaga. Familias viven en peligro. La Policía realiza operaciones en todo el país para combatir esta actividad
La minería ilegal suele vincularse a la extracción de oro, la trata de personas, la contaminación por mercurio y la devastación de la selva. Pero existe también una no metálica que, aparentemente, es inofensiva y cuya práctica se extiende a lo largo del país. Hoy esta silenciosa actividad ya ha logrado penetrar incluso en las zonas protegidas.
La reserva nacional Allpahuayo Mishana, ubicada en la provincia de Maynas, Loreto, es quizá el ejemplo más alarmante. En un reciente operativo, 160 efectivos de la Dirección Ejecutiva de Medio Ambiente de la Policía Nacional, intervinieron la zona de amortiguamiento adyacente a esta reserva, donde diariamente se extraían toneladas de arena para la construcción.
"En los últimos años, 30 hectáreas han sido devastadas en esta reserva, que se caracteriza por sus bancos de arena naturales. Acá, los mineros solo deben entrar con volquetes y retirarla, no necesitan procesarla", explica el coronel EP (r) César Sierra Sanjinez, titular del Alto Comisionado en Asuntos de Formalización de la Minería, Interdicción de la Minería Ilegal y Remediación Ambiental (Acafmira), de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Sierra refiere que esta actividad ha ahuyentado a 300 especies de aves y roedores en estudio que solían poblar los llamados "bosques de arena" de la reserva. "Se han visto obligadas a migrar a otras zonas donde quizá no puedan adaptarse", señala.
Poblaciones en riesgo
Pero la minería ilegal no metálica también pone en riesgo a las personas. En el centro poblado Andabamba, distrito de Pillco Marca, Huánuco, la extracción de hormigón y arena ha desnaturalizado peligrosamente el cauce del río Huallaga, causando desbordes durante la crecida de su caudal en temporadas de lluvia.
"El cauce del río se ha extendido varios metros, provocando filtraciones y debilitación de la tierra. El suelo de este sector se ha vuelto pantanoso e inestable", alerta el general Wilmar Carrasco Becerra, director ejecutivo de Protección del Medio Ambiente de la PNP, quien recientemente comandó un operativo de interdicción.
El boom inmobiliario y el crecimiento de una ciudad orgullosa de tener "el mejor clima del mundo", han hecho que la población vea en la minería no metálica una oportunidad de hacer dinero. “Antes éramos agricultores. Hoy producimos materiales para la construcción", declara uno de los 20 detenidos en dicho operativo.
Esta realidad, se repite en otras ciudades, como Lima, Ayacucho, Puno, Arequipa, Huancayo y Trujillo, donde canteras ilegales lucran extrayendo arena, hormigón, piedra caliza y otros minerales no metálicos. El polvo que levantan los volquetes y el ruido producido por el traslado y procesamiento de estos productos, también afecta a la salud de la población.
La minería no metálica suele estar vinculada con otros delitos, como la apropiación ilícita de terrenos, la evasión tributaria y la explotación laboral. Como en la minería metálica, algunas empresas formales también se abastecen de material extraído en las canteras ilegales, el cual compran a un bajo precio.
No tienen autorización
"Algunas personas creen que por ser dueñas de un terreno tienen derecho de explotarlo para esta actividad, cuando no es así. Ni siquiera una licencia municipal los autoriza, sólo un permiso del Ministerio de Energía y Minas puede avalarlos", apunta el general Sierra Sanjinez. Esta es la situación que se vive en la Amazonía.
La República, 18.07.2016