Las comunidades cercanas a instalaciones de Norsk Hydro sufrieron inundaciones con agua y barro contaminados tras las intensas lluvias del pasado febrero.

La madrugada del pasado 12 de marzo, un líder comunitario del municipio Barcarena (Pará, Brasil), Paulo Nascimento, fue asesinado a tiros en su vivienda, reseña The Guardian.

Este hombre era miembro destacado de un grupo comunitario conocido como Cainquiama, que ha participado de manera activa en una campaña contra la empresa noruega Norsk Hydro, propietaria del 92 % de la refinería de alúmina Hydro Alunorte y del 51 % de la fábrica de aluminio Albras, que funcionan en el parque industrial de esa localidad.

Esas instalaciones están acusadas de contaminar el agua de la zona, provocar en los habitantes del lugar diversas enfermedades —desde diarrea hasta vómitos— y envenenar a la fauna local.

Drenaje de agua de lluvia del depósito de residuos de bauxita de Alunorte, 5 de marzo de 2018 / Ricardo Moraes / Reuters

Ismael Moraes, un abogado que trabaja para Cainquiama, asegura que la muerte de Nascimento está relacionada con la campaña que la agrupación desarrolla contra la firma europea. Esos activistas comenzaron a recibir amenazas en noviembre de 2017, después de que reclamaran por la vía legal 154 millones de dólares por daños ambientales y morales al estado de Pará y los inmuebles de Norsk Hydro.

El vicepresidente de relaciones con los medios de la empresa noruega, Halvor Molland, aseguró que la muerte de Paulo Nascimento fue "un trágico asesinato" del que se debe encargar la Policía brasileña.

Acusaciones contra las compañías

Desde hace años existen acusaciones contra Norsk Hydro en general y Alunorte en particular, pero las críticas se intensificaron tras las intensas lluvias que cayeron entre los pasados 16 y 18 de febrero, cuando agua y barro rojos anegaron las comunidades cercanas.

Este líquido "comenzó a inundar las casas de las personas cercanas a la cuenca" y, cuando llegó a las corrientes, su color "comenzó a cambiar y empezaron a aparecer peces muertos", manifestó el presidente de una asociación comercial de la vecina localidad de Beja, Nilson Cardoso.

Durante esos días, funcionarios estatales sobrevolaron el área afectada, fotografiaron zonas dentro de la planta inundadas con agua roja y constataron que "se produjo daño ambiental", según confirmó Laércio de Abreu, un fiscal de Pará.

Investigación oficial

Un equipo del Instituto Evandro Chagas (IEC), que forma parte del Ministerio de Salud de Brasil, investigó y certificó la contaminación en varias zonas de Barcarena fruto de fugas de presas hidroeléctricas. Asimismo, encontró un conducto clandestino que evacuaba los efluentes de la empresa, reseñó G1.

El informe de esos especialistas señaló que en la comunidad aledaña Bom Futuro los índices de sodio, nitrato y aluminio estaban por encima de los índices permitidos y el pH es de nivel 10, algo que resulta extremadamente nocivo para los seres vivos.

Disculpas y sanciones

La empresa Hydro Alunorte negó que tuviera fugas, pero este 19 de marzo admitió que realizó un descarte irregular de "agua de lluvia no tratada al río de Pará", un hecho "completamente inaceptable y contrario a lo que Hydro cree". De hecho, el texto incluye "disculpas a las comunidades, las autoridades y la sociedad" del presidente y consejero delegado de la firma noruega, Svein Richard Brandtzaeg.

La Justicia brasileña ya ha ordenado la reducción en un 50 % de la producción de la compañía, que desde 2009 arrastra una multa de 17,1 millones de reales —poco más de 5 millones de dólares— que el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) le impuso por motivos similares.

 

RT 21.03.2018