¿Cuánto han caído las importaciones?
Por Humberto Campodónico
En el I Trimestre del 2009, las exportaciones cayeron 32% como consecuencia, principalmente, de la reducción del precio de los minerales (las exportaciones tradicionales cayeron 35% y las no tradicionales 21%). En el mismo periodo, las importaciones cayeron 22%, reflejando el menor dinamismo de la economía.
 |
Si las exportaciones siguen cayendo más que las importaciones —lo que es un hecho debido a la recesión económica internacional en curso— dentro de poco tendremos una balanza comercial negativa: el superávit de la balanza comercial ha pasado de US$ 1,505 millones en el IT del 2008 a uno de US$ 446 millones en el IT del 2009.
Al mirar en detalle la baja de las importaciones del 22% en el 2009 hay varias cosas que llaman la atención. La importación de bienes de capital no cae sino crece 2%. Sí se reduce la importación de bienes de consumo, pero solo en 5%. Lo que más cae es la importación de insumos con 40% y, dentro de ese rubro, la mayor caída la tienen los combustibles con 67% (US$ 890 millones, ver cuadro). ¿Por qué? Porque la caída del precio del petróleo ha abaratado las importaciones de ese insumo.
Si excluimos la importación de combustibles, la disminución de las importaciones baja del 22% al 10%. Esto podría interpretarse como una buena señal: si las importaciones siguen creciendo, entonces el conjunto de la economía también lo hace. Pero ese es solo un primer nivel del análisis y se justifica solo en el caso de las importaciones de bienes de capital, pues eso aumenta la capacidad de producción y también la competitividad, pues se trata de maquinaria nueva.
No sucede lo mismo con las importaciones de bienes de consumo —que han tenido fuertes rebajas de aranceles en los últimos dos años—, pues muchas compiten deslealmente con la industria nacional (es el caso de los textiles chinos que entran a precios de dumping). También es negativa la importación de bienes suntuarios, con rebaja de aranceles ídem.
Pero lo más perjudicial son las importaciones de bienes de consumo duradero y no duradero (que también tuvieron rebaja arancelaria) que compiten con la industria nacional. Así, la Sociedad Nacional de Industrias acaba de decir: “La industria volvió a caer en marzo, por tercer mes consecutivo, al registrar una variación de –5.40%, una de las más bajas de los últimos años. Con ello, el indicador de crecimiento industrial acumula, en el I trimestre, una variación negativa de -5.12%” (Gestión, 26/05/09).
Agrega la SNI que el comportamiento negativo ha estado asociado al desempeño desfavorable de la industria de bienes de consumo (-5.72%), bienes intermedios (-5.65%) y bienes de capital (-21.72%), explicado por la menor producción de la industria textil (-31.9%) y de confección de prendas de vestir (-30.8%), entre otras.
Para terminar, nos encontramos en una situación en que los desequilibrios externos (la recesión internacional que reduce las exportaciones hará caer las reservas internacionales) se van a ver afectados por los efectos reactivadores del Plan Estímulo (lo que no quiere decir que no debe haber Plan) a lo que se suma el efecto negativo de la rebaja arancelaria, que golpea el aparato productivo e incide en la reducción de empleos y del poder adquisitivo de la población.
Estos podrían ser contrarrestados por una activa política de defensa del mercado interno (“Cómprale al Perú de verdad”, ahora que es más difícil exportar), lo que incluye la eliminación de las rebajas arancelarias unilaterales e inconsultas del ministro Carranza.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.
Al mirar en detalle la baja de las importaciones del 22% en el 2009 hay varias cosas que llaman la atención. La importación de bienes de capital no cae sino crece 2%. Sí se reduce la importación de bienes de consumo, pero solo en 5%. Lo que más cae es la importación de insumos con 40% y, dentro de ese rubro, la mayor caída la tienen los combustibles con 67% (US$ 890 millones, ver cuadro). ¿Por qué? Porque la caída del precio del petróleo ha abaratado las importaciones de ese insumo.
Si excluimos la importación de combustibles, la disminución de las importaciones baja del 22% al 10%. Esto podría interpretarse como una buena señal: si las importaciones siguen creciendo, entonces el conjunto de la economía también lo hace. Pero ese es solo un primer nivel del análisis y se justifica solo en el caso de las importaciones de bienes de capital, pues eso aumenta la capacidad de producción y también la competitividad, pues se trata de maquinaria nueva.
No sucede lo mismo con las importaciones de bienes de consumo —que han tenido fuertes rebajas de aranceles en los últimos dos años—, pues muchas compiten deslealmente con la industria nacional (es el caso de los textiles chinos que entran a precios de dumping). También es negativa la importación de bienes suntuarios, con rebaja de aranceles ídem.
Pero lo más perjudicial son las importaciones de bienes de consumo duradero y no duradero (que también tuvieron rebaja arancelaria) que compiten con la industria nacional. Así, la Sociedad Nacional de Industrias acaba de decir: “La industria volvió a caer en marzo, por tercer mes consecutivo, al registrar una variación de –5.40%, una de las más bajas de los últimos años. Con ello, el indicador de crecimiento industrial acumula, en el I trimestre, una variación negativa de -5.12%” (Gestión, 26/05/09).
Agrega la SNI que el comportamiento negativo ha estado asociado al desempeño desfavorable de la industria de bienes de consumo (-5.72%), bienes intermedios (-5.65%) y bienes de capital (-21.72%), explicado por la menor producción de la industria textil (-31.9%) y de confección de prendas de vestir (-30.8%), entre otras.
Para terminar, nos encontramos en una situación en que los desequilibrios externos (la recesión internacional que reduce las exportaciones hará caer las reservas internacionales) se van a ver afectados por los efectos reactivadores del Plan Estímulo (lo que no quiere decir que no debe haber Plan) a lo que se suma el efecto negativo de la rebaja arancelaria, que golpea el aparato productivo e incide en la reducción de empleos y del poder adquisitivo de la población.
Estos podrían ser contrarrestados por una activa política de defensa del mercado interno (“Cómprale al Perú de verdad”, ahora que es más difícil exportar), lo que incluye la eliminación de las rebajas arancelarias unilaterales e inconsultas del ministro Carranza.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.
