Lourdes Gómez
 
El Brexit y la pandemia del coronavirus han creado la tormenta perfecta en Reino Unido, donde la falta de mano de obra y los retrasos en el transporte nacional e internacional de mercancías entorpecen la recuperación económica.
 
 

camiones carretera Sutran

 

 
Sin agua mineral en el supermercado, las estanterías de pan vacías a media mañana, la obra parada a la espera de que llegue el suministro de madera… el desabastecimiento se extiende por distintos sectores de la economía británica haciendo peligrar el despegue registrado en las primeras semanas de la salida del confinamiento, relajación de las restricciones sociales y reapertura del comercio y la hostelería.
 
MILITARES EN ALERTA
 
El Ejército está en pie de alerta listo para movilizar sus vehículos pesados si el desabastecimiento que se apercibe en los supermercados alcanza un punto crítico. Militares con carné para conducir camiones se pondrían en ruta por las carreteras del Reino Unido para asegurar que no falten alimentos y otros artículos esenciales en la red comercial del país.
 
Entre 20.000 y 40.000 conductores se sacan cada año el permiso para manejar camiones. Los exámenes se suspendieron en 2020 debido a la pandemia, abriendo un agujero que el propio coronavirus y la retirada de la Unión Europea (UE) han agravado.
 
Se estima que 14.000 transportistas comunitarios se mudaron del Reino Unido el año pasado, mientras que el número de los que han vuelto a la isla continúa incierto. Aun así, se calcula que la industria logística tiene un déficit de entre 60.000 y 100.000 camioneros en la actualidad.
 
SIN BATIDOS NI POLLO
 
El parón en la cadena de suministro ha dejado a McDonald´s sin batidos en sus establecimientos británicos. KFC retiró menús de su oferta habitual y Nandos llegó a cerrar cerca de 40 locales ante la escasez de pollo, el principal ingrediente en ambas empresas de comida rápida.
 
La falta de mano de obra no se limita a los transportistas. Los mataderos han reducido a cuatro jornadas la semana laboral ante la ausencia de carniceros especializados. Y las factorías de procesado de productos cárnicos están contratando presos para cubrir las bajas laborales, ya sean permanentes debido al Brexit o puntuales por infección del coronavirus.
 
Así, la Asociación de Suministradores Independientes de Carne (AIMS, en sus siglas en inglés) se ha dirigido al Gobierno de Boris Johnson urgiéndole a que amplíe el programa de contratación de reclusos con permiso especial de salida para realizar un trabajo remunerado un día a la semana.
 
VISADO EXCEPCIONAL
 
Por otra parte, el sector de la alimentación y bebidas insta al Ejecutivo conservador a emitir un "Visado de recuperación del covid-19", que ayude a mitigar las consecuencias de la política de inmigración del pos-Brexit. En enero de 2020 concluyó el libre movimiento de trabajadores entre la UE y Reino Unido y entró en vigor un sistema migratorio, basado en puntos, que prima la mano de obra especializada, con salarios altos, independientemente del país de origen del solicitante.
 
Un millón de ciudadanos de la UE había regresado a sus países para final de año, ya fuera para pasar la pandemia con la familia o empujados por el Brexit.
 
Un informe de sector alimenticio, publicado esta semana, expone los trastornos de la pandemia y el pos-Brexit, entre ellos el medio millón estimado de empleos vacantes entre sus miembros hoy día. Son puestos claves en una industria que contribuye a la economía con más de 120.000 millones de libras anuales (casi 140.000 millones de euros) y da trabajo a 4,1 millones de personas a la largo de la cadena productiva, desde la granja hasta la mesa del consumidor.
 
NAVIDADES AUSTERAS
 
"Las granjas y otros negocios de alimentación hemos trabajado duro en los últimos 18 meses para mantener los frigoríficos y las estanterías llenas de alimentos nutricionales y asequibles, pero empresas a lo largo de la cadena de suministro están sintiendo realmente el impacto de la escasez de mano de obra", señaló el vicepresidente del sindicato de grajero (NFU), Tom Bradshaw. De acuerdo con el sindicalista, las granjas de verdura y fruta veraniegas echan en falta un 34 por ciento extra de jornaleros que completar la temporada.
 
Hasta ahora dependían de temporeros rumanos, búlgaros y de otros países de Europa del Este, que este año no han regresado a Inglaterra a consecuencia del Brexit. El salario reducido y las duras condiciones de trabajo no resultan atractivas para los británicos, de forma que las plazas siguen sin ocuparse mientras los racimos de arándonos o la cosecha de calabacines no se recogen y terminan perdiéndose, según la NFU.
 
El problema es particularmente agudo en la hostelería, donde el 24,7 por ciento de empleados procedía de un país de la UE antes del Brexit, de acuerdo con datos de la asociación UK Hospitality. Unos y otros advierten de que, sin un remedio urgente, nadie puede garantizar unas navidades con platos populares, caprichos especiales y regalos punteros. 
 
 
Con información de Sputnik