El desarrollo no es una cuestión de fechas

Por: Humberto Campodónico


“Sucede que las empresas ahora no están invirtiendo porque dicen que el clima económico es muy riesgoso para ampliar la capacidad de producción existente y/o para poner en marcha nuevos proyectos. Por eso, lo que está faltando es el ‘chorreo hacia arriba’ del keynesianismo, que comienza con promover el consumo y el empleo de amplios sectores de la población. Como consecuencia de esa política económica, el dinero ‘chorreará hacia arriba’ y aumentará las utilidades de las empresas. Pero, claro, no hace falta decir que a los bancos y a las empresas no les entusiasma ese enfoque”.


Eso lo dijo el economista norteamericano Anwar Shaikh en una entrevista a La República, con ocasión de su visita a Lima en mayo. Shaikh se refería a los problemas de la economía de EEUU pero su enfoque también se aplica al Perú. En efecto, es notoria la caída de la inversión y el consumo privado, a la vez que las medidas económicas del gobierno no han incidido en el estímulo de la demanda interna, que constituye nada menos que el 66% del PBI.

Por ejemplo, no ha habido un incremento del salario mínimo. No solo eso. El reajuste de 27 soles mensuales que recomendó en octubre pasado el Consejo Nacional del Trabajo fue encarpetado por el anterior Ministro de Trabajo. En la misma línea, el gobierno tampoco acepta aumento alguno de los sueldos y salarios del sector público, limitándose a otorgar una “grati” adicional de 300 soles.

Otra medida que también podría incidir en el aumento de la demanda agregada, aunque menor, fue mencionada por el Presidente: reducir los leoninos intereses a las tarjetas de crédito (en algunos casos hasta 180% anual). Inmediatamente los bancos han replicado que no se debe “sobrerregular” al sector. De su lado, la SBS no h
a tomado iniciativas, a pesar de que se supone que la entrada de 3 bancos nuevos debería haber aumentado la competencia —reduciendo las tasas de interés— y no a la inversa. 


Como dice Shaikh, sigue el “chorreo hacia abajo”. Así, por ejemplo, Carranza plantea que debe aumentar la competitividad de las empresas —lo que está bien— pero no lo acompaña con pensiones sociales para los pobres rurales o, por ejemplo, prolongando “Techo Propio” que sí incide en el aumento de la inversión del sector construcción y su correlato en el consumo. Tampoco se habla de una mayor inversión en ciencia y tecnología (qué más competitividad que esa) donde ocupamos uno de los últimos lugares pues solo se invierte el 0.10% del PBI.

Lo mismo sucede cuando el Ministro dice que ya se está recuperando la inversión y que en el segundo trimestre “tocamos fondo”. Como ejemplo se menciona al sector minero y las inversiones en Tía María y Shougang. Pero no se dice que se mantienen intactas las condiciones contractuales de los años 90 (lo que podría haberse hecho ya que son inversiones nuevas), que determinan que la mayor parte de la renta minera se quede en las empresas, lo que merma los ingresos fiscales.

Así, la discusión parece ser solo de fechas: “cuándo tocamos fondo” y “en qué momento volvemos a crecer”. El problema sería de “meses más o meses menos”. No se cuestiona el modelo o estilo de crecimiento primario exportador, ahora cuestionado hasta por el Banco Mundial (vaya, vaya): “Perú debe cambiar su estructura productiva y pasar de ser un sector primario a uno industrializado, con valor agregado y generación de empleos” (José Luis Guasch, Consejero en Regulación y Competitividad del BM, Andina, 20/07/09).

A eso contribuyen las políticas keynesianas de “chorreo hacia arriba”, que proveen una mayor participación de los salarios en el ingreso nacional y a disminuir las disparidades en la distribución del ingreso. El desarrollo no es solo crecimiento y, menos, una cuestión de fechas, después de las cuales todo sigue igual que antes.

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