Fitch Ratings destaca la moderada deuda pública del Perú, su fuerte liquidez externa y la solidez de sus políticas macroeconómicas y fiscales. El Perú se mantiene como el país con la segunda mejor calificación crediticia en América Latina

La agencia internacional Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de Perú para su deuda en moneda nacional y extranjera en BBB, la cual está sustentada por su moderada deuda pública, su fuerte liquidez externa y su historial de estabilidad macroeconómica y su disciplina fiscal.

 

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Fitch resaltó la fortaleza fiscal del Perú, con un ratio de deuda/PBI de 34% en el 2022, siendo de los más bajos en su categoría BBB (promedio 55.6%). Fitch pronosticó que el ratio deuda/PBI estará en menos de 33% en los años 2023 y 2024. En opinión del MEF, esto refleja el fuerte compromiso fiscal mostrado con el restablecimiento de las reglas fiscales de mediano plazo (Ley N° 31541) de 1,0% del PBI y 30,0% del PBI, respectivamente.

Fitch también mantuvo la perspectiva de la calificación en negativa, debido a que subsisten los desafíos para la gobernabilidad y la incertidumbre política continúa elevada, lo cual afectaría la implementación de políticas, representando riesgos de un menor crecimiento económico. Asimismo, indicó que la situación política disfuncional y el descontento social se han hecho más evidentes y serán difíciles de revertir en el periodo de pronóstico, hasta finales del 2024.

Fitch resaltó la fuerte posición de liquidez externa del Perú respecto a sus pares BBB. Con un ratio de 258% sustentado por reservas internacionales de 72.7 billones de dólares a marzo 2023, contra 164% de sus pares. Asimismo, mencionó que los flujos de IED se han mostrado resilientes a pesar de la incertidumbre política.

Fitch Ratings señala que Perú puede mejorar su calificación crediticia si en los próximos años se logran altos niveles de crecimiento mayores a los proyectados por la agencia impulsados por incremento de la inversión privada, si se logra una disminución del estancamiento político y la incertidumbre que mejore la gobernabilidad; o si se mantienen los marcos de política fiscal prudentes que conduzcan a una estabilización duradera en el tiempo del ratio deuda pública/PBI.

Finalmente, el Gobierno del Perú continuará con su compromiso de priorizar la estabilidad macroeconómica y financiera, la disciplina fiscal, así como el fortalecimiento institucional, para promover el crecimiento económico sostenido, cerrar las brechas estructurales del país, impulsar la competitividad y productividad, y mejorar el bienestar de la población.