Carne de camélidos, un recurso estratégico
En contraposición a la gran importancia que tiene la carne de camélidos (alpaca y llama) por sus comprobadas propiedades saludables y nutritivas; la valoración por los consumidores nacionales y su consideración en las políticas públicas ha sido minimizada o simplemente ignorada. Producto de este desinterés, las 16 000 toneladas de carne de camélidos que anualmente consumimos en el país, provienen de un mercado absolutamente informal, pues el beneficio se realiza en las cabañas de los criadores o en camales no autorizados por la autoridad correspondiente, el Servicio Nacional de Sanidad (SENASA). La cadena de comercialización, atravesada por la informalidad, trae como consecuencia que esta carne se expenda a los consumidores en los mercados populares con muchas deficiencias y a precios por debajo de su valor real.
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