Miguel Ángel Rodríguez Mackay
El Perú obtuvo una victoria jurídica gracias al derecho internacional de la delimitación marítima y no al argumento peruano, y menos al equipo nacional. Esa es la verdad. La Corte privilegió a nuestro favor el principio “Tierra domina el Mar”, haciendo que el límite marítimo que estableció en la costa a partir de un punto distinto del pretendido por el Perú (Concordia) y Chile (Hito N.° 1), luego de proyectar una línea paralela hasta la milla 80 fundada en el criterio de la existencia de un acuerdo tácito (teoría de los actos propios chilena), siguiera una diagonal de penetración sur, liquidando el paralelo que Chile mantenía de facto hasta las 200 millas.
Esa victoria, conseguida gracias al derecho, debemos inscribirla en el corazón y en la mente de todos los peruanos para avivar nuestro ego nacional. Chile nos derrotó hace 133 años con la fuerza y nosotros a ellos hace un año con la razón. Cumplimos adecuando nuestro derecho nacional al mandato de la sentencia. Chile aún no y debe hacerlo cuanto antes. Desde el instante mismo del fallo, pudimos pescar en la nueva área decidida por la Corte, pero no lo hicimos por prudencia nacional, y eso estuvo bien; sin embargo, una vez que ambos países ubicamos el punto exacto del inicio del límite marítimo establecido por la Corte, hace rato que deberíamos pescar, porque finalmente esa fue la razón por la cual demandamos a Chile. Trabajemos en la educación, eso será crucial para dejarnos de ver como esos hermanos que discuten cada cierto tiempo y no saben por qué ni para qué.
La clave es la confianza y esta se construye con gestos, pero se destruye también con gestos. Hagamos juntos la agenda del futuro, donde el Pacífico, que fue escenario de rencillas, ahora lo sea de la integración.
Correo, 25.01.2015