Aleksandr Dunáev
 
La propuesta de Silvio Berlusconi de unir la derecha italiana en un partido único se enfrenta con el escepticismo de sus aliados políticos y preocupa a los miembros de su propio partido Forza Italia.
 
 

Silvio Berlusconi

 

 
Coronavirus, problemas cardíacos y retrasos del interminable proceso Ruby Ter: desde el pasado septiembre eran estos los temas que discutían los medios italianos, cuando hablaban de Silvio Berlusconi.
 
Sin embargo, este martes el multimillonario y exprimer ministro supo atraer la atención del público italiano con una nueva iniciativa política, que consiste en crear un partido unido de derecha que podría ganar las próximas elecciones, previstas para 2023, frente al Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas (M5S).
 
La propuesta, anunciada durante una videoconferencia con los eurodiputados del partido Forza Italia, liderado por Berlusconi, se dirige, en primer lugar, a la Liga de Matteo Salvini y a Fratelli d"Italia (FdI) de Giorgia Meloni, las dos mayores fuerzas políticas de la derecha italiana.
 
DERECHA ITALIANA: AMIGOS Y RIVALES
 
Los tres principales partidos de derecha (Liga, FdI, Forza Italia) desde hace años forman parte de la misma coalición, pero mantienen una amplia autonomía política (Liga incluso fue uno de los pilares de la coalición gubernamental con el M5S en 2018-2019) y siguen compitiendo por las simpatías de los electores.
 
En los tres años que pasaron desde las últimas elecciones parlamentarias se produjo un cambio espectacular en el equilibrio de fuerzas dentro de la coalición. En 2018 Liga apenas superaba Forza Italia (17 y 14 por ciento de votos respectivamente) y FdI era un socio menor con un 4,6 por ciento, pero ya en verano de 2019 la Liga llegó a convertirse en el primer partido italiano con un 38 por ciento de consenso.
 
A su vez, ahora parece imparable el ascenso de FdI con sus eslóganes radicales y populistas: ya rivaliza con la Liga por la supremacía entre los partidos de derecha, en tanto que Forza Italia se conforma con un modesto 7 por ciento.
 
Son estas las circunstancias que empujan a Berlusconi a buscar modos para reformatear la derecha y mantenerse a flote. Y no es el único. A principios de junio Matteo Salvini habló de una posible federación de los partidos de derecha que apoyan el actual Gobierno de Mario Draghi: "Hay que hacerla inmediatamente, no se puede esperar más".
 
Es evidente que Salvini encabezaría tal federación, pero el problema es que FdI, que no votó por Draghi, quedaría excluido del proyecto, mientras la Liga y Forza Italia obtendrían menos votos juntos que separados.
 
EXPLICACIONES POSIBLES
 
Entonces, ¿la idea de Berlusconi está dictada por cálculos electorales? Sí, pero también circulan otras explicaciones.
 
La primera es que Berlusconi podría pensar en elegirse presidente de la República, después de que en enero de 2022 expire el mandato de Sergio Mattarella. Anteriormente se especuló mucho sobre la candidatura de Mario Draghi, pero el pasado febrero fue nombrado primer ministro y ahora parece que prefiere permanecer en su cargo hasta las elecciones parlamentarias de 2023.
 
Esto abre perspectivas interesantes a Berlusconi. Sin embargo, para presentar su candidatura en el Parlamento, que elige al jefe de Estado, necesita un apoyo suficiente en el Aula, que puede obtener solo si une todas las fuerzas de derecha.
 
La segunda versión consiste en que Berlusconi está tratando de archivar Forza Italia que no para de perder popularidad y no parece tener instrumentos para invertir la tendencia. Para Berlusconi la fusión con la Liga y FdI sería un modo para salvar la cara en vez de declarar oficialmente el fracaso de su proyecto político.
 
REACCIONES DE ALIADOS Y DE FORZA ITALIA
 
Sean cuales sean los planes de Berlusconi, no parece que encuentren mucho entusiasmo entre sus aliados políticos. Mientras la Liga toma una pausa para reflexionar, el FdI rechaza la idea.
 
Según explica el diputado de FdI Giovanni Donizelli, un partido único "no tendría sentido ni para nosotros ni para los electores. Somos aliados, tenemos programas compatibles que pueden sintetizarse en un programa de Gobierno, pero no somos lo mismo".
 
En cuanto a Forza Italia, está dividida entre los que creen que la unión con otras formaciones de derecha es el único modo para sobrevivir y el ala moderada que teme el fin del partido y la sumisión de la derecha a Meloni o a Salvini.
 
Sin embargo, a pesar de la fuerte resistencia inicial a la idea de un partido unido, hay que recordar que en su larga carrera política Berlusconi demostró muchas veces una capacidad impresionante de convencer a la gente y de construir proyectos políticos eficaces. Por ejemplo, en enero de 1994 creó de la nada Forza Italia y dos meses después ganó las elecciones parlamentarias. Ahora tiene más tiempo para realizar sus planes. 
 
 
Con información de Sputnik