La ferocidad de la pandemia de coronavirus COVID-19 que azotó la India en los últimos meses causó además una crisis de servicios funerarios y muchos arrojaron los cuerpos de los fallecidos al río Ganges, mientras que otros los enterraron en las riberas.
En los últimos días este río presenta una crecida, con la cual han aflorado cientos de los cadáveres que yacían enterrados cerca de las orillas, creando un espectáculo apocalíptico, que al parecer será peor a medida que sube el nivel del agua, y ya no se hablaría de cientos, sino de miles de cuerpos.
Los cuerpos envueltos en tela naranja son visibles a lo largo del río, después de salir de sus tumbas a causa del agua. Son aquellos que no pudieron ser incinerados, como es la costumbre en ese país. Debido a la fuerte candidad de fallecidos los precios de las piras de madera se tornaron inalcanzables para muchos.
Las escenas se tornan más macabras cuando un y otra vez aparecen perros devorando los restos humanos, tanto de los que emergen de sepulturas precarias como los lanzados al río Ganges y otros desde sus afluentes, muchos kilómetros atrás.
El mes pasado, se filmaron cadáveres amontonándose en las orillas del canal en la ciudad de Chausa en el estado norteño de Bihar.
Hasta 600 cuerpos fueron enterrados a lo largo del Ganges durante el aumento del virus, dicen las autoridades.
Pero los lugareños creen que es una fracción del número real y temen que en las próximas semanas puedan salir más de las orillas arenosas debido a las rápidas aguas, informa The Sun.
El río más sagrado de la India, la "Madre Ganges", al igual que otros cuerpos de agua en la India, es adorado como una diosa por los que profesan la religión hindú, pues creen que es el dador y tomador de vida.