El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, defendió su plan de reconciliación en Irlanda del Norte que equivale a una amnistía general de los soldados británicos y combatientes paramilitares sospechosos de asesinato.
"Presentamos por fin una solución al problema que permitirá a los norirlandeses pasar página y avanzar hacia adelante", declaró en el Parlamento británico.
Los cinco principales partidos del territorio británico, los grupos de víctimas y el Gobierno de Dublín se oponen a la polémica medida, que el Ejecutivo conservador ha acordado unilateralmente.
"Es erróneo proponer una ley de amnistía que negará justicia a las víctimas", denunció el líder de la oposición, Keir Starmer, en un artículo publicado en Labour List.
El dirigente laborista reiteró su criticismo en la Cámara de los Comunes y en su turno de preguntas al primer ministro leyó párrafos de la carta de la hermana de una víctima mortal del IRA que acusa a Johnson de haber perdido el "eje moral, ético y judicial".
La amnistía o "estatuto de limitación" de investigaciones judiciales sobre muertes violentas no resueltas antes de los acuerdos de paz de 1998 beneficiará a soldados y agentes de policía del Reino Unido tanto como a miembros de las organizaciones terroristas republicanas y lealistas británicas.
"Las propuestas son mesuradas y equilibradas", dijo Johnson.
El Gobierno conservador trata de poner fin a los “enojosos procesos judiciales” que todavía afrontan “muchos miembros de las fuerzas armadas” que sirvieron en Irlanda del Norte, según subrayó el primer ministro en los Comunes.
Más de 3.500 individuos perdieron la vida durante las tres décadas de violencia sectaria en Irlanda en los llamados ‘troubles’ (conflicto).
El Ejército británico desplazó a la dividida provincia a unos 250.000 operativos en la bautizada Operación Banner, la más prolongada en la historia militar del Reino Unido.
Murieron 1.441 soldados entre 1969 y 2007, y las fuerzas armadas fueron responsables, por lo menos, de 301 muertes, la mayoría civiles, según un informe de la biblioteca del Parlamento de Westminster.
Con información de Sputnik