Una administración interina de coalición, acordada en unas negociaciones entre las autoridades de Kabul y los talibanes (movimiento terrorista prohibido en Rusia), es la única vía para superar la crisis afgana, señaló a Sputnik el enviado especial del presidente ruso para Afganistán, Zamir Kabúlov.
"Antes de que se haga demasiado tarde, hay que volver en sí y empezar unas negociaciones sustanciales que de modo inevitable concluirán con la formación de un gobierno interino de coalición, con participación del movimiento de los talibanes", dijo Kabúlov.
Agregó que "en qué proporción serán representados los talibanes, lo deben decidir los afganos" pero subrayó que "los talibanes que se convertirán en una parte del futuro gobierno de Afganistán tienen que participar y tomar responsabilidades".
ASUNTOS PENDIENTES
"Esta administración interina tiene que funcionar unos dos o tres años teniendo en cuenta la lentitud con la que se hace todo en Afganistán", aclaró.
El enviado presidencial insistió en que "hay que evitar el vacío de poder y el caos en el país, por eso se necesita una administración conjunta que ponga fin a las hostilidades y empiece a resolver toda una serie de problemas antes de ponerse a decidir definitivamente el futuro de Afganistán y la futura forma de gobierno".
La función de la administración interina consiste en "parar la guerra, para que no se descomponga el Estado".
"Tienen que poner orden en el país y resolver las cuestiones de la integración de los talibanes en la sociedad", añadió.
En cuanto a la futura forma de gobierno, "si se toma la decisión de conservar la república, entonces, de acuerdo a la tradición política afgana, la decisión la deberá tomar la Loya Yirga, una asamblea general afgana, aunque también es posible otra decisión, por la que opten los afganos durante las negociaciones".
Sin embargo, indicó Kabúlov, "es imposible ocuparse solamente de cuestiones políticas, también hay que prestar atención a las sociales".
"Mientras dura la guerra, la gente pierde el trabajo, además está la pandemia de coronavirus", recordó al explicar que son cuestiones que hay que resolver rápido "porque si no se hace, millones de afganos se quedarán sin medios de subsistencia y podrían recurrir a las armas para encontrar qué comer".
PARTES RETICENTES A NEGOCIAR
Las conversaciones que se están celebrando en Doha son "una imitación de negociaciones, unos contactos, ni siquiera tienen una agenda".
"El primer indicio de unas negociaciones sustanciales es una agenda aprobada y acordada por todas las partes", señaló el enviado especial.
Por lo general, según Kabúlov, es difícil esperar que se celebren unas verdaderas negociaciones antes del otoño.
"Las dos partes estuvieron demasiado tiempo preparándose para una guerra y antes de que se disparen todas las balas, es difícil esperar algo", argumentó.
La intensificación de las hostilidades, por lo general, es una consecuencia "de la presencia de EEUU y la OTAN en Afganistán que todos los años nos aseguraban felizmente que prepararon un fuerte ejército afgano, de 300.000 personas".
"Ahora vemos qué es lo que prepararon realmente", dijo al subrayar que "eso no significa que tenemos que ceder ante el pánico".
OPORTUNIDADES PERDIDAS
En realidad, "lo que está pasando ahora se habría podido prevenir en gran medida si el gobierno de Kabul ya el año pasado hubiera aceptado las propuestas no solo rusas, sino conjuntas de Rusia, China, EEUU, Pakistán, sobre la necesidad de iniciar el proceso de una negociaciones interafganas sustanciales que conllevarían la formación de unas autoridades interinas nuevas de coalición".
"Las autoridades de Kabul prefirieron esperar que Biden ganase las elecciones estadounidenses con las esperanzas de que cambiaría las decisiones de la administración anterior y los estadounidenses se quedarían y de este modo seguirían dirigiendo el país", dijo y señaló que "el egoísmo de las autoridades lo paga el pueblo afgano, porque son ellos los que sufren, y no los que están en los palacios".
Constató que "el momento fue perdido" y que esta postura de las autoridades les dio a los talibanes el pretexto para afirmar que la otra parte no está lista para negociar e intensificar la presión.
"Como resultado, no fue Kabul, sino los talibanes los que reforzaron sus posturas en las negociaciones, están controlando cada vez una mayor parte del territorio del país y pueden hablar con sus rivales desde las posiciones de la fuerza", denunció.
Sin embargo "no se debe olvidar que la mayor parte de los distritos los tomaron sin combate".
"Las fuerzas del gobierno sencillamente abandonaron sus cuarteles, sus posiciones y huyeron", declaró.
Como resultado, "más de un tercio, a lo mejor casi la mitad" de los distritos de Afganistán se encuentran bajo el control de los talibanes, aunque estos no lograron tomar ninguno de los 34 centros de provincia ni la capital.
"Desde el punto militar y técnico son capaces de realizar incursiones, ataques, irrumpir en las ciudades, pero mantenerlas bajo su control, para eso no tienen fuerzas", aseguró Kabúlov.
En los próximos meses mientras dure la temporada activa de combates los talibanes podrían hacerse con el control de unas cuantas provincias, reconoció, sin embargo no se convertirán "en dueños absolutos de Afganistán" y tendrán que negociar.
Con información de Sputnik